La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile alista nuevas elecciones en un contexto marcado por la crisis de violencia en los estadios y un bajo nivel competitivo de La Roja a nivel internacional.
Cerradas las inscripciones para ocupar la presidencia y el directorio en el periodo 2022-2025 a medianoche, un total de tres listas buscan hacerse con la testera del fútbol chileno, entre ellas una del propio Pablo Milad, que va a la reelección.
Además, dos nombres resultaron particularmente llamativos entre los equipos que apuntan a dirigir la asociación: Arturo Salah, expresidente de la ANFP que apoya la candidatura de Fernando Aguad; y Cecilia Pérez, exministra de Estado y actual vicepresidente de la Universidad de Chile, apoyando a Lorenzo Antillo.
Estas elecciones, a realizarse el próximo 8 de noviembre, están marcadas por un escenario complejo tanto en materia deportiva como de seguridad, los principales ejes que se pretenden trabajar de cara a la próxima gestión.
Pese a que debido a las últimas restricciones sanitarias derivadas de la pandemia las gradas de los principales estadios del país han permanecido vacías o con un aforo reducido, la violencia de las barras bravas ha ido en aumento durante los últimos meses.
La falta de control por parte de la Policía y planes de contingencia impulsados por los clubes responsables han convertido los campos de juego en un territorio hostil para fanáticos y familias que quieren disfrutar del espectáculo deportivo, registrándose diversos episodios de violencia y enfrentamientos.
Se trata en definitiva de uno de los mayores problemas que enfrenta el fútbol chileno en la actualidad, una crisis nacional que según especialistas se suma a una liga debilitada, sin grandes referentes y con poca presencia en zonas de alta competitividad en llaves internacionales.
Algunos apuntan a que este fenómeno, en particular el bajo rendimiento, viene de una gestión privada marcada por una economía de mercado que tiene al fútbol formativo entre sus últimas prioridades, privilegiando derechos televisivos y un fluido mercado de traspasos que erosionan las bases del deporte local.
Posicionar a Chile, tanto a nivel de selección como de clubes, en el circuito internacional como un actor desequilibrante y competitivo será uno de los principales desafíos de la próxima dirección, que deberá conjugar esos esfuerzos con la implementación de una seguridad efectiva que permita a los hinchas disfrutar del torneo nacional. EFE
