Un gobierno popular sin información pública o sin medios de adquirirla, no es sino el prólogo de una farsa o una tragedia o quizás de ambas”.
Todo lo que ha acontecido los últimos días en relación al acuerdo del precio de la energía entre Paraguay y Brasil dejan entre ver las debilidades que todos sabemos y somos conscientes que padecemos, con los negociadores con los que contamos. Lo sorprendente es ver como la ciudadanía está siendo menos tolerante a las incompetencias y a la corrupción.
Lo interesante de todo esto ha sido el concepto que se generó en torno a la información pública, que se trató de ocultar al máximo y no se pudo contener. Sorprende la reacción de todos demandado las actas que son de carácter público y hace ver que el concepto de que “lo público es público” está dando sus frutos.
James Madison, uno de los padres de la Constitución de los Estados Unidos, afirmaba que “Un gobierno popular sin información pública o sin medios de adquirirla, no es sino el prólogo de una farsa o una tragedia o quizás de ambas. El conocimiento predominará siempre sobre la ignorancia, y un pueblo que quiera ser su propio gobierno debe poseer el poder que trae consigo la información”. La esencia de la filosofía de Madison sugiere que no puede haber democracia sin libertad de información porque el secreto conduce a la oscuridad, que es el campo fértil donde florece la corrupción.
No podemos seguir mintiéndonos y creer que con personas no preparadas vamos a negociar con un adversario que conoce todas las debilidades, de todos y cada uno de sus pares, simplemente porque se dedican y hacen la tarea y conocen cual es la misión a lograr, y todos sabemos que, para beneficio nuestro, no será.
La farsa es un género teatral breve de carácter cómico y satírico, en especial aquella que satiriza los aspectos ridículos y grotescos de ciertos comportamientos humanos. Es momento de dejar de ser los actores de la obra que divierte a los vecinos y empezar a ensayar un libreto justo para todos.