Los casos positivos de coronavirus en nuestro país van en aumento cada día y también la demanda de testeos es cada vez mayor. Se procesan diariamente un promedio de 2.500 muestras y todo parece indicar que el Ministerio de Salud Pública ya ha llegado a un colapso en su capacidad de toma de hisopados, dejando una gran parte de la responsabilidad al sector privado.
El problema en este punto es claro, ya que hay muchas personas que no tienen los ingresos suficientes como para poder realizarse la prueba en un hospital privado. Sin embargo, aunque presente síntomas respiratorios, las filas y agendamiento para la prueba en el sector público son interminables y la situación se complica cada vez más.

Son 6 los hospitales privados que proveen el servicio y los precios oscilan entre G. 475.000 y G. 600.000, por lo que claramente solo un reducido porcentaje de la población del país puede acceder a los mismos. Suponiendo que la familia sea de tres integrantes que viven en un mismo espacio, la suma a pagar alcanzaría fácilmente los G. 1.800.000 solamente por el testeo.
En la mañana de este sábado, el Ministerio de Salud anunció por medio de redes sociales que el sistema de call center “154” para el agendamiento de testeos estaría inhabilitado por problemas técnicos, lo que generó todo tipo de reacciones negativas por parte de los internautas.
“Ayer cumplí con mis 14 días de cuarentena sin ningún síntoma por suerte, mi resultado aún no está y la persona con quien tuve contacto ya se le dio de alta y está haciendo su vida. Llamé hace 3 días al 154 y nada”, comentaba una internauta en Twitter, quien al contar su experiencia cuestionó los préstamos que realizó el Gobierno para evitar justamente este tipo de situaciones.
PROFESIONALES
Evidentemente, la odisea de Covid no es solo para los pacientes del sistema de salud, sino también para los profesionales que componen la primera “línea de batalla” y están constantemente expuestos. La Doctora Leticia Pintos, directora de Terapias del Ministerio de Salud, comentó durante entrevista con el programa La Lupa de Telefuturo, los obstáculos que deben sortear en el día a día en esa unidad, que está al borde del colapso.
“Aunque tengamos mil camas no se va a poder sostener por mucho tiempo y la gente se cansa, hay que tener en cuenta que venimos de la epidemia del dengue. Los médicos están cansados con tantos pacientes, estar vestidos por doce horas es horrible porque uno no toma agua, no se va al año y además el aire acondicionado no es totalmente recomendable si no hay filtros para el cambio de aire. Los que estamos adentro pasamos eso”, manifestó.
Comentó que los profesionales intensivistas certificados por la Sociedad de Médicos, de los cuales el 90% presta sus servicios en el sector público. Explicó que la normativa vigente de la función pública permite hasta tres contratos con el Ministerio de Salud y uno con el IPS; pero que se están haciendo las gestiones para habilitar la posibilidad de un cuarto rubro de ingreso para estos profesionales por la importancia de su labor en esta coyuntura.
Un intensivista puede atender en condiciones óptimas hasta 6 u 8 pacientes; pero actualmente la realidad del Ministerio de Salud a consecuencia de la pandemia y la falta de recursos humanos capacitados, hace que en algunos casos un solo profesional deba a atender hasta a 10 personas; sobre todo el interior del país.
CAMAS DE TERAPIA INTENSIVA
Las camas de terapia intensiva en todo el país son apenas 509, unas 200 más que al principio de la pandemia, según refirió Pintos. Entre la capital del país y el Departamento Central se concentran la mayoría de estas unidades, unas 280 en total y unas 250 están ya ocupadas, es decir, la estructura para atender los casos más urgentes está al borde del colapso.
Mencionó que en el caso de Ciudad del Este, uno de los principales focos del virus en nuestro país, de hecho el día de ayer hubo solamente una cama libre.