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Está mojada, pero no está lista

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Empecemos por lo básico, según la sexóloga Romina Castro, la lubricación es una respuesta fisiológica a la excitación o estimulación, pero el fin de esa excitación en la cabeza de una mujer no necesariamente tiene que ser la penetración porque se necesitan un par de cosas más esenciales para proceder a tener coito.

La especialista ha manifestado en sus redes sociales que son necesarias las ganas y el consentimiento sobre todo. Entonces, una mujer “mojada” puede querer solamente ser estimulada.

“Por eso, a veces, las mujeres experimentamos dolor a pesar de estar lubricadas. Porque simplemente no tenemos ganas de eso en ese momento y está bien”, señaló.

Recordó que para que haya penetración tiene que haber consentimiento y este debe ser siempre verbal. “No dar supuestos de porque ‘estás mojada’ entonces estás lista. No. Toda relación sexual (con o sin penetración) debe ser deseada, placentera y responsable. Nunca con dolor”, concluyó Castro.

¿Qué hacer para que unos preliminares den paso al sexo más suculento? Según Vice:

-Bésame como si no me conocieras:

El primer beso que nos damos con alguien que no nos conoce, y con el que tenemos ‘química bucal’, es el beso del ritmo perfecto: ni tan lento para que dan ganas de bostezar, ni tan rápido para que le duela a uno el mascadero. Los primeros besos son mortales, no se olvidan y consiguen que a uno el corazón se le salga del pecho, henchido de tanta hormona.

-Tócame, pero no me aplastes:

La forma de saber cuál es la intensidad deseada por la pareja es siempre de menos a más. Se empieza suave y se va viendo la reacción a medida que se va apretando más fuerte.

-Respetar los turnos:
Las relaciones son intercambios. Una parte recibe y la otra da. Los mejores preliminares van por turnos. Primero recibe uno, y después recibe el otro.

-El gran aliado del sexo:
El sexo oral es un preliminar para muchas parejas, es el gran aliado de las mujeres que no tienen orgasmos con penetración o de hombres que no se sienten cómodos al insertar su pene en el cuerpo de su pareja. Resulta muy placentero y sólo requiere de una lengua con ganas para practicarlo.

El dedo para enloquecer:
Cuando la cosa está que arde, es muy estimulante recibir la visita de un dedito. A veces es delicioso sentir uno de ellos moviéndose con suavidad dentro de la cavidad mojada, y otras veces dan ganas de que entren uno, dos y hasta tres dedos, para que empiecen un ritual masturbatorio con todos los juguetes.

Elija la forma de masturbar a su pareja de acuerdo a sus gustos. Oiga las señales acústicas y si jadea o se mueve, continúe con lo que estaba haciendo.