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Esclavitud moderna

La esclavitud es la sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, a un trabajo u obligación . servidumbre, explotación, sumisión, sometimiento, sujeción, yugo. O el estado o condición de un individuo sobre el cual se ejercitan los atributos del derecho de propiedad o algunos de ellos.

Lo conocemos e identificamos con hechos del pasado donde la explotación laboral, inexistencia de derechos humanos y abusos hechos a nosotros mismos era habitual. Es una práctica social y económica que se remonta a la antigüedad. Los primeros escritos que hacen referencia a la presencia de esclavos datan de la época sumeria en Mesopotamia. La esclavitud también fue común en la antigüedad greco-romana.

Una incómoda condición que tocó vivir a muchas personas en el pasado, un tiempo que pensábamos ha quedado en el ayer, más es ahora cuando notamos una nueva forma de sometimiento laboral a través de la tecnología que nos debe servir y no servirse de nosotros.

Algo que para lo que parece fue creada, como el acceso a la información privada y poner al ser humano a pensar y operar más tiempo desde el lugar donde exista la posibilidad de conectarse a la red, una que no solo tiene redes sociales, películas o juegos para entretenerse sino plataformas diseñadas para pensar e imprimir ideas en documentos que exijan el cálculo y trabajo mental para una organización, institución o empresa.

Desde la revolución industrial en 1760, tiempo en el que los sindicatos y personas marcaron una referencia en la cronología humana referente a lo que era vista y sentida cómo un abuso del ser humano por las demandas y el tiempo que imponían las industrias ayer.

Cambiaron los modos

Hoy no existen las mismas obligaciones ni necesidades que ayer, pero sí canales que permiten al patrón dar tareas y controlar el tiempo y resultados del trabajo del empleado, que algunos lo ven y tildan cómo una especie de nuevo modelo de esclavitud. Que si bien no es la misma que ayer donde las personas “trabajaban” en condiciones peligrosas bajo intensa presión para lograr tener rápidos y buenos productos de la mente y mano humana.

Tenemos herramientas que nos pueden ser útiles para trabajar desde donde y cuando sea aportando mejores resultados a la empresa que contrate nuestros servicios, que pueden volverse útiles e importantes para el contratista si no perdemos tiempo con nuestros dispositivos y lo ganamos haciendo tareas que promuevan la marca de nuestro empleo volviéndose útil y ni inutil para quien lo quiera usar para un propósito específico. 

Servicios que lo podría dar las herramientas que funcionan por IA (inteligencia artificial), más nunca se compararía con la sazón de la IR (inteligencia real), que ha producido las primeras siglas para que nos sirvan para evitar que nos exploten o se den problemas de tipo laboral entre los empleados y empleadores. Estas relaciones deben entender los límites y recursos humanos y técnicos que tienen para lograr sus objetivos sin exigir más de la cuenta o sobrepasar sus requerimientos.

Todo estos recursos pueden ser bien o mejor respondidos si son equilibradamente usados sus recursos con IA o IR que ya existen para funcionar equilibradamente para beneficio del creador, que ya hemos logrado conquistas cómo el horario laboral de 8 horas, inventos que han servido a empresas cómo a personas par movilizarse, trabajar o vivir usando herramientas en su trabajo o casa y normas y reglas laborales que sirvan para tener y sostener la paz entre el empleado y el empleador. Ahora hasta puede decidir si se hace de máquinas y algoritmos para evitar tratar con personas que cómo decía un jefe tiempo atrás, resultamos ser el dolor de cabeza más fuerte de cualquier patrón, el mismo que ya tiene muchas preocupaciones personales y laborales para angustiarse por dilemas particulares de otras personas. 

El mundo laboral ha cambiado definitivamente y no sabemos si para bien o para mal.

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