Hay otros factores que alteran el mercado de fletes
La Dirección Nacional de Transporte (Dinatran) y todas las oficinas gubernamentales competentes tienen el deber de intervenir profundamente en el mercado nacional de fletes para examinar la realidad que lo caracteriza. Hasta ahora se ha tomado como verdad irrefutable que es sólo el precio de los combustibles el que determina la crisis que ha obligado a los transportistas a salir a la calle, paralizar rutas y exigir al Gobierno medidas que van desde la intervención en el comercio del gasoil hasta congelar el estudio en el Congreso de la denominada “ley Riera” que apunta a penalizar con años de cárcel el bloqueo de rutas.
Sin embargo, hay otros factores que inciden considerablemente en la distorsión de fletes y en el agobio que muchos transportistas sufren en su actividad.
El primero es la informalidad. Quienes trabajan dentro de la ley deben cumplir con todos los requisitos propios de un servicio que demanda mucha inversión y trabajo. Primero la compra de un camión pesado que deberá financiar con créditos que no siempre están a mano. El camionero tiene varias opciones, desde adquirirlo en plaza cero kilómetro hasta acudir al mercado de usados. El abanico de precios es amplísimo, desde 85.000 hasta 200.000 dólares. Trabajar en blanco significa gestionar un préstamo, timbrar la compra, registrar el vehículo, gestionar un seguro, inscribir el personal en IPS y pagar el salario adecuado, todos componentes del costo operativo que forman el flete a ofertar en plaza.
En cambio, quienes operan en la informalidad eluden muchos de esos ítems y están en condiciones de cobrar un flete a la baja distorsionando el mercado. Los controles laxos y hasta inexistentes en ruta favorecen la circulación de estas flotas mau, a lo que hay que agregar un tercer factor. La captura de un capo narco expuso una flota de casi 20 camiones flamantes que ofrecen el flete prácticamente a precio de remate porque su negocio es otro, es decir, las drogas que viajan mimetizadas en la carga bruta. Quien contrata el flete no puede saber si el que opera es legal, mau o traficante de drogas hasta que la engañifa es descubierta.
El Gobierno debe considerar estos factores antes de ceder a las exigencias del gremio camionero que sabe muy bien donde le aprieta el zapato. El transporte es un componente altamente relevante en la economía como para dejarlo sin control.
