Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Vivimos un mundo de incertidumbre e interrogantes y no tenemos respuestas a muchas de las cuestiones que nos planteamos hoy en día, especialmente aquellas que tienen que ver con el desenlace de que tendrá esta pandemia global denominada coronavirus o COVID-19.
Algunos dicen que nos llevará a una mirada completamente diferente a la forma de relacionamiento individual que teníamos y de nuestro comportamiento colectivo, otros dicen que los partidos políticos que gerencian las democracias también se verán afectados y que cambiarán por efecto y consecuencia de esta situación que estamos pasando.
Hay otros que dicen que el ser humano volvió hacer el mismo y hay otros historiadores que dicen que de las pestes y de las epidemias grandes que recuerda la humanidad salieron grandes cambios en el comportamiento de carácter social y político, que hay conquistas sociales hoy tenidas como normales que no surgieron más que como consecuencia posterior al fin de las pandemias.
Ojalá que estemos hablando en términos positivos que el Paraguay sea una nación mucho más igualitaria, no tan desigual como la que tenemos en la actualidad, que sea menos pobre, que tenga menos marginales, que tenga la capacidad de avergonzarse que hay 2 millones de connacionales que van a la cama todos los días sin haber probado un bocado, que no tengamos tanto tiempo la mácula de la corrupción encima de cada uno de nosotros convirtiéndonos en uno de los países que tiene la percepción más alta en este sentido.
Es el tiempo de comenzar a reflexionar acerca de las cosas que nos perjudicaban y que tomábamos como normales durante los tiempos previos al coronavirus.
Si al menos logramos reflexionar y pensar de cuánto daño venimos haciendo al medio ambiente, al entorno, al contorno, a las relaciones interpersonales, a las formas de relacionarnos socialmente, habremos hecho un paso trascendente en superar no solo esta pandemia global, sino superar nuestras graves limitaciones como seres humanos