En Paraguay se empezó a vacunar técnicamente al personal de blanco y a los mayores de 85 años. Y decimos así porque el decano de la facultad de derecho de la Universidad Privada del Este y ex fiscal Gamarra con menos edad y otros 92 en iguales circunstancias pero amigos del gobernador del Alto Paraná se saltaron las filas y se vacunaron primero. El que debería dar ejemplo afirmó: “no me voy a vacunar más en la segunda dosis y pido perdón”. Esto que parece salido de una novela negra es la realidad paraguaya ahora y aun puede ser peor.
Existe una posibilidad de una cuarta ola coronavirus, con nuevos casos en ascenso vertiginoso en la zona norte del Medio Oeste de Estados Unidos, un país que sigue trabajando en su plan de rescate nacional con el objetivo de vacunar a doscientos millones de personas para el 4 de julio. Una tarea épica del gobierno de Biden de este país que ha tenido y sigue padeciendo los problemas post covid con pacientes que trabajan en recuperación, un trabajo muy difícil sin equipo humano y técnico suficiente para una tarea eficaz para sus pacientes. Mientras tanto se han detectado efectos secundarios desagradables post vacunación de las marcas desarrolladas en ese país cómo la producida por la Johnson y Johnson quien esta semana ha sido advertida por el organismo regulador de drogas y alimentos conocidas por sus siglas FDA que ordenó frenar la producción ya que seis personas vacunadas en millones han desarrollado trombosis y una de ellas falleció. Quieren saber qué relación hay entre las vacunas y las derivaciones fatales. Algo similar pasa con la vacuna Astrazeneca- Oxford en Europa.
Mientras una nueva ola del virus es la predicción científica en el mundo, en Paraguay seguimos esperando una solución más rápida y efectiva a lo que se ha hecho hasta ahora. Las vacunas no llegan y los muertos suben cada día acercándose al número de 100 por día.
El gobierno amenaza con una cuarentena total, retorno a fase cero por 15 días porque según el ministro Borba el mecanismo de Semana Santa ha fallado. Los sectores económicos afirman que eso será catastrófico para el sector y amenazan con dar guerra si eso acontece.
NUEVAS EMERGENCIAS
Esperemos que la combinación de consciencia y responsabilidad ayude a detener el ulular de sirenas de ambulancia, los llantos en los hospitales, los pedidos de auxilio y el número de enterrados en los cementerios. Los norteamericanos plantean la idea de hacer la segunda inoculación 4 meses después de la primera y con esta estrategia inocular ala mayor cantidad posibles. Es una teoría que podría aplicarse en países como los nuestros que todavía no alcanzan a vacunar ni 200 mil personas cuando el objetivo es de 5 millones.
Las nuevas cepas comienzan a sumarse a la británica, la sudafricana, la de Manaos y ahora se habla de la de Chile que habiendo vacunado a gran parte de su población siente los efectos de una nueva ola y ha tenido que retroceder en su apertura económica. Los jóvenes comienzan a morir, el gobierno no tiene autoridad ante la gente y el bolsillo no aguanta los costos de los tratamientos en hospitales desabastecidos. Las olas de contagios suben y las vacunas no son suficientes ni eficaces como se esperaba que fueran. Tiempos difíciles y angustiosos para todos pero mas para nosotros.