A esta altura la mayoría de los consultores en actividad poseen un histórico de encuestas que sirven para evaluar las tendencias, los anhelos y los miedos de la ciudadanía, lo que siempre varía y puede ser de forma radical es el conocimiento de las personas sobre determinados actores o acontecimientos vinculados con los mismos.
Es muy común encontrarse con un ministro que 3 meses después de dejar la administración de una institución con alto impacto a nivel país tenga un reconocimiento muy inferior a lo que se esperaba, incluso si tenía conflicto de intereses y una pelea frontal con algún medio de comunicación que se acordaba de él o ella a diario.
Y aunque sea repetitivo, la pandemia vino a modificar algunos números que reflejan conductas y percepciones, así como lo expresa el trabajo de investigación basado en encuestas; Cultura política de la democracia en Paraguay y en las Américas: Tomándole el pulso a la democracia, presentado recientemente, a cargo de la Fundación CIRD y USAID.
El paraguayo sale como el que menor respeto tiene por las instituciones del Estado, en la región, es el ciudadano más desconfiado en términos generales. Y posiblemente como un efecto de la desinformación generada desde las redes sociales y algunos portales digitales, sumado al hecho de que, así como la comunidad científica fue aprendiendo durante el proceso, los medios informaron en base a los datos que se expresaban desde las autoridades de salud, la confianza en los medios de comunicación en Paraguay y en la Región se está reduciendo.
Por otro lado 1 de cada 5 personas cree en la justicia, y acá es donde se valida nuevamente la desconfianza en las instituciones.
Esos son los datos que nos importan, entendiendo también que existen axiomas de la comunicación donde un académico puede precisar que no es lo mismo Fiscalía que Corte Suprema de Justicia, pero para el ciudadano común es un todo, donde incluso su desencanto con lo institucional puede estar más relacionados con los servicios públicos de agua y energía, así como la respuesta de la comisaría local, pero sin embargo tiene una experiencia positiva con el Programa Tekoporã. Las precisiones y la profundidad en los datos pueden trabajarse más de forma local, así que cuando hablemos de generalidades entendamos que la percepción ciudadana tiende a agrupar las cosas y no a hacer un análisis organizacional de los procesos.
Esta es la base y luego viene el elemento más particular, ¿Dónde está parado hoy el candidato? ¿Cuánto avanzó desde el inicio de la campaña? ¿Cuál es la proyección hasta el día D?
