Si algo dejó en claro las nuevas elecciones es que los concejales que estén en el cargo y que no conecten con la ciudadanía van a quedar olvidados y no podrán ser reelectos, salvo que durante su paso por la junta municipal logren construir una estructura prebendaria así como negocios paralelos donde por lo menos el tráfico de influencias será la constante (Aclaró que en este último punto no hago un juicio de valor, Maquiavelo observa el poder dejando de lado la moral y yo comparto ese enfoque de análisis. Esa práctica puede ser ilegal pero es legítima en el juego del poder)
La autoridad que ejerza el poder y que no comunique en una campaña constante quedará desplazada si juega limpio, de hecho el que tenga votos cautivos no vinculantes con su gestión preferirá el anonimato. Lo mismo con las nuevas figuras que quieran presentarse, ya no solo hace falta ser conocidos o generar tendencia en redes, deben transmitir acciones, ideas y sobre todo emociones.
En el estudio realizado desde Copiloto Electoral la métrica mostraba que la visibilidad de Eduardo Nakayama era 40% superior a la de su contrincante y era casi el doble de positiva. Pero eso no fue suficiente, faltó discusión en medios tradicionales y transmitir una idea fuerza que conmueva o indigne. Si la emoción se hacía presente, la participación podía superar la estructura y las mañas de quienes guste o no, tienen vocación de gobierno. Otro dato no menor: Ana Paula Rojas de Patria Querida fue la que más visibilidad logró en Facebook superando a todos, pero quedando afuera. Imagen fresca y nueva, pero con nula o paupérrima estrategia electoral. Los que insistan con dejar en manos inexpertas su comunicación de gobierno o la electoral van a correr el riesgo de quedarse afuera.
No es solo una buena foto, un video ingenioso o un buen slogan. Se trata de interpretar lo que discute la audiencia y en donde lo hace. Redes + Medios Masivos (instalando temas y siendo parte del debate) + Territorio.