La crisis de los combustibles está buscando alternativas y el Gobierno, tímidamente, está esbozado la posibilidad de comprar mil autobuses movidos a electricidad. Nos parece un buen paso, algo que debiera haber sido parte de la política nacional hace muchísimo tiempo temiendo el per cápita hidroenergético más grande del mundo, no disponer más que del 8% de lo que produce Itaipú y un 42% regalárselo al Brasil para apuntalar su desarrollo.
Una cosa igual, sumado a más corrupción, también pasa en Yacyretá. El Paraguay tendría que haber aprovechado la crisis de los precios de combustibles al alza para hacer políticas públicas en gran escala que tengan a la hidroenergía como base.
Seguimos cocinando nuestros alimentos con biomasa -eso significa con leña y con carbón- y para eso hay que reforestar nuestros bosques y ya tenemos una muy mala fama, reputación e impacto por esa razón desde hace varios años.
Es hora de pensar de forma ingeniosa y transformar nuestra matriz energética y ser un proyecto que cruce incluso este gobierno y los demás por venir. Debe ser parte de un gran acuerdo nacional que nos lleve a la independencia y a la autonomía.