Ni quiero que se piense en mí como un precipitado pero aunque algunos no queramos aceptar se termina otro periodo presidencial y es hora de volver al viejo ritual de elecciones. Si el levantarse, prepararse formar las filas, saludar a los vecinos, entregar la cédula y entintar el dedo como ritual debo decir que el tiempo del ejercicio real del poder ciudadano ya está aquí. Será un domingo 30 de abril y está muy cercano y allí se verá la real evaluación de la última gestión. Si gustó o no.
No será una encuesta de las que veremos mucho en estos tiempos, será el registro sincero de lo que el pueblo ha percibido como se ha gestionado el país, Pero es importante ver si existe un despertar sincero de esta Nación que es adjetivada de muchas formas menos de inteligente y capaz de actuar con la razón porque muchas veces no demuestra un actuar más activo en la vida política, porque no encuentra en la lectura un escape similar o idéntico al escape que ofrece el Smartphone. Navegando en internet encontré un meme que citaba: “que no se puede tapar el sol con un dedo pero se puede cambiar un país entero” y debajo aparecía un dedo entintado apuntando al cielo.
Aquí me gustaría parar para demostrar que el voto es una forma reconocidamente efectiva de botar y no solo votar a alguien. Este año la oferta sube a diez personas entre las cuales aparecen dos ex ministros, un ex senador y otros más que desconozco su pasado pero aparecen sonriendo buscando un voto como los demás, esa sonrisa que nos dice: vótame! pero quiere seducirnos para que de alguna forma lo lleve al poder en esta sociedad donde la balanza se inclinará como pocas veces lo ha hecho en mayoritario sector joven.
El grito joven
Hablamos de una cuarta parte de la población total en edad para votar, seres humanos entre 15 y 29 años con facultad para elegir al próximo presidente del país Es el momento de evaluar las propuestas y si responden a este sector o no y justipreciar así las proyecciones de los discursos de los candidatos. Aquí también hay que tomarse una pausa y comparar lo que se quiere hacer de lo que se hizo o no y analizar si tiene o no el candidato el poder, la experiencia, los antecedentes que le dan una plataforma que lo sustente durante cinco años en el poder.
Es el momento clave pienso para calibrar la elección, afinar la puntería para que la elección evite caer en errores de los cuales tiempo después nos arrepentiremos. Durante este tiempo todos los ciudadanos debemos investigar, auscultar, analizar a cada candidato para hacer que el entinte de dedo sea efectivo el día de las elecciones.
Podemos cambiar
El mundo nos enseña mucho del poder del voto y elegir bien al candidato, Estados Unidos ahora pasa un momento de reflexión tardío porque ya ha elegido a su presidente que no se comporta como un político hecho para la función por su edad y ya dijo que buscará un siguiente periodo.
El tiempo es tirano dicen algunos y por esto debemos apurar el carro para movilizar la mente hacia el cálculo certero de nuestra votación. Así como se estudian varios factores que hacen el vivir cotidiano mejorado, esto solo es algo que nos pide movernos de nuestro hogar a otro espacio donde nuestra firma y dedo manchado pueden cambiar para bien o mal el viaje que hará nuestro país. La pregunta es: ¿queremos llegar bien? Vamos a votar y a botar?. Usted es el soberano, el mandante, el que debe responder con su voto.