Por Benjamín Fernández Bogado
Los problemas de compra continúan en el Ministerio de Salud. No hay un solo día en que nos falte algo que anda muy mal y esto nos tiene que llevar quizás a pensar en cosas de soluciones más complejas y grandes. La Dirección Nacional de Contrataciones no cumple su labor. Le tienen que avisar desde la prensa de cómo están a punto de estafar a los contribuyentes con compras que superan cualquier raciocinio lógico. Desde las perforadoras hasta ahora los teclados de oro, sin contar lo que se pagó por insumos médicos que no fueron traídos ni distribuidos.
Estamos ante una pavorosa demostración de incompetencia de gestión en las compras. Y para eso habría que buscar una solución, que haya solo una unidad de compras para todo el Estado paraguayo, que no tenga ya que repartirse porcentajes a los ministros. Que esa vieja referencia de que el ministro se queda con el 10 por ciento de todas las compras de su ministerio sea una cuestión del pasado.
Si no cambiamos la estructura, la forma, el protocolo, la manera en que se realizan estas compras, siempre será bastante apetitoso pasarse por el Estado y ser político, porque es la cuestión de los salarios es realmente un mita’i recreo. El gran negocio está en participar en el tráfico de influencias y en la compra de bienes y servicios.
