Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
La autoinculpación del senador Ovelar en el día de ayer en la Sesión que tuvo la Cámara Alta para estudiar el recorte de los privilegios del sector público paraguayo es una muestra elocuente de cómo piensan y cómo sienten varios de nuestros políticos, yo me atrevería a decir la gran mayoría de ellos.
Cuando conversa con su mujer, quien es la asesora jurídica de Itaipú y que gana G. 105 millones mensuales, y le dice que ya tiene los votos de los cartistas para que no ocurran los recortes, aquello paralizó a sus colegas que vieron la exhibición de un sincericidio realmente notable, pero si miráramos en contexto, a nuestros políticos solo les mueve o la vanidad, el dinero, los lujos, pero para nada, el sentido del servicio, el de la ubicación en términos de la realidad económica que padece el país, y menos todavía la tarea de hacer cosas que realmente mejoren la realidad de muchos.
Sirve de bastante para en la próxima elección cuando venga un político y le trate de edulcorar las ideas de que va a trabajar por su causa, usted sepa que ese viene para buscar convencerlo para que él y miembros de su entorno, vivan mejor a costa de usted. La gran lección de Ovelar con su sincericidio es que lo único que les importa a estos políticos, es cuánto hacerse con el dinero público para vivir por sobre las condiciones habituales en las que se sobreviven más de la mitad del pueblo paraguayo.