Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Los obispos paraguayos condenaron en un documento la decisión tomada por los diputados, que violaron el artículo 191 de la Constitución Nacional. Hace bastante tiempo no participaban en una discusión política como ésta y en ese tono, afirmando incluso que habían llegado a un nivel de corrupción política que ponía en entredicho la convivencia entre las personas.
Cuando los pueblos no son normados por constituciones y normas que deben ser cumplidas, la reacción ciudadana es buscar la resolución de conflictos por la vía violenta. Los diputados creen que esto es un capricho de carácter particular de la banda de los 42, cuando en realidad es una abierta provocación a que se rompa el Estado de Derecho. Ese quiebre, lo que se llama la manera de arbitrar los conflictos, y tengamos todos que rebajarnos a la condición animalesca de dilucidar nuestros problemas por la vía violenta.
Los diputados deben entender que cuando esas compuertas se abren, la garantía no está solamente perdida para nosotros sus mandantes, sino también para ellos, nuestros mandatarios. A veces una decisión más humilde, más atinada, más racional de reconocer que se equivocaron, es mucho más valioso para ellos y también para nosotros.
