Foto: Unión Europea en Paraguay
La educación durante la pandemia ha mostrado también la falta de capacidad para enfrentar la llamada anormalidad tecnológica con las sesiones de presencia real y física de alumnos y de maestros en clases.
Esto es posible observar no sólo en los países bastante retrasados, como el nuestro, sino también entre los más desarrollados, donde el gran debate es acerca de cómo hacer volver a muchos niños y jóvenes que han desertado durante este tiempo y que pasan a formar parte de un sector que va a tener que verse afectado muy severamente en términos de oportunidades, porque han abandonado sus estudios o porque la calidad del aprendizaje ha sido notablemente pobre.
Hay que buscar de esta experiencia elementos nuevos que permitan entender la educación como un fenómeno más amplio, más global, más político, más entendido como un valor social donde entre todos deberíamos cooperar para salir del pozo en el que nos encontramos en términos educativos.