El papa Francisco abandonó hoy el hospital Gemelli de Roma en el que permanecía ingresado desde el pasado miércoles a causa de una bronquitis y a su salida, preguntado por su estado de salud, respondió entre risas: “Todavía estoy vivo”.
El pontífice argentino salió del hospital a las 10:20 hora local (09.20 GMT) a bordo de un utilitario y, a su salida, llegó a bajar del auto ayudado por un bastón, para saludar a los fieles y agradecer a los periodistas que han informado sobre su salud.
Ya desde el primer día hospitalizado su salud constató una “mejoría”, tal y como aclaró Bruni por entonces.
Francisco ha permanecido en un apartamento de uso exclusivo de los papas en el Gemelli, inaugurado en tiempos de Juan Pablo II, y en estos días de convalecencia ha leído periódicos, ha rezado en su capilla e incluso cenó pizza acompañado por algunos médicos y colaboradores.
En la tarde de ayer viernes visitó a los niños de la unidad de Oncología Pediátrica y Neurocirugía Infantil y bautizó a un bebé llamado Miguel Ángel.