Para nadie es un secreto que el sector artístico fue uno de los más golpeados en esta pandemia. Los músicos de todo el mundo vieron canceladas sus giras, conciertos que, en el mejor de los casos, se están reubicando, si es que no se han perdido para siempre.
Ante el incierto panorama, quizás las consecuencias fueron menores para los músicos solistas y la mayoría hoy está pudiendo salir a mostrar su arte en eventos pequeños. Eso no quita que sí sufrieron un golpe en lo económico y lo emocional, y no recibieron ninguna ayuda por parte de las autoridades, al contrario fue un sector olvidado a su suerte.
Dos artistas nos cuentan cómo están sobrellevando la situación hoy. El músico Amadito Sarabia, afirmó que la pandemia le dejó sin fuente de trabajo directo por 2 meses. “Hice un par de live, pero fue un daño enorme más que en lo económico, en lo mental, porque cuando uno está inactivo te juega mucho la cabeza. Traté de mantenerme ocupado, siempre grabando videos, haciendo colaboraciones con colegas, subiendo cosas a youtube, como para no perder la cabeza”, mencionó.
Como compositor le corresponde cobrar un dinero en APA exista o no la pandemia y eso sí pudo tener, pero ayuda externa para el sector artístico no recibió. “Somos los que estamos más dejados de lado a la hora de recibir un apoyo económico, dependemos del día a día y no todos tenemos la suerte de tener un ahorro, que fue lo que a mí me salvó, entonces muchos de los colegas empezaron a cocinar, a ser uber, taxistas, tendría que haber un plan de contingencia para los músicos y artistas informales como existe para otros rubros”.
En la tercera fase y con la nueva apertura, Sarabia acotó que está casi al 100% de vuelta, está tocando casi todos los días. “Mi caso en particular es diferente a los demás porque yo soy solista, canto máximo con una persona más en eventos privados pequeños. Los grupos sí están pasando mal porque la única manera para que ellos puedan trabajar es con mucho público. Yo canto en casas, hice incluso serenatas en la vereda y felizmente estoy trabajando casi normal”.
El músico mencionó que en Paraguay el arte es muy infravalorado y hay que tenerlo en cuenta porque todo gira en torno a la música, en cuanto a producción audiovisual, radio, televisión, redes sociales, sin música no existiría nada. “Hay que tener más consideración con los músicos acá, pagarle lo que se les pide, es un trabajo como cualquier otro, hay que respetar eso y ofrecer una contención económica para un momento como este”.
ARJONITA
Por su parte, Luis Parra, conocido como Arjonita, refirió que prometieron reducir el costo del IVA para alentarles un poco, pero ni siquiera la mayoría de los músicos están trabajando, solo hasta la fase 4 estará permitido.
“La gente festeja a lo íntimo, se juntan 5 o más personas y llevan un cantante solista, aunque siempre hay un vecino que llama a la patrullera, pero uno trata de hacer lo que sabe. Muchos amigos dejaron de hacer lo que les gusta, que es la música, con tal de sacar adelante a su familia. Todos tienen deudas, y uno tiene que tratar de no quedar mal con esa persona que le dio confianza”.
NO HAY RESPETO
Lamentó que el Gobierno no le haya dado el respeto que se merecen los artistas. “Somos los embajadores de la música de este país, hay muchos lugares donde fui y las personas no saben qué es una polca, pero nos piden que toquemos música de nuestra tierra y por más que no entienden, igual les gusta, nuestra música es así. El Estado debería cuidar y valorar más a sus artistas, la esencia de este país”.
El camino para que la situación mejore, a decir de Parra, depende de cada uno de los paraguayos. “No se me escapa de la cabeza que esto ha sido un gran negocio, trajo mucha pobreza, pero dejó a mucha gente rica. Cada uno debe cuidarse, que haga su parte, y haya más control en los lugares porque todos necesitamos trabajar y al ritmo que vamos no sé si podamos llegar a una fase 4 que es lo que esperan en el sector artístico”.
Siempre trabajó entre dos y su equipo de logística, pero ahora volvió a sus inicios, coloca su parlante, saca su sonido, la guitarra y canta. “Particularmente no me puedo quejar de las actividades que realizó todo el tiempo, en una reunión familiar se necesita solo una guitarra, todo suma, pero muchos de mis colegas sí están mal”.
Asimismo, acotó que el futuro es muy incierto. Detrás de un cantante hay mucha gente. “Un show puede durar 1 hora o 1 hora y media y si escuchan que un músico está cantando en vivo, pido que le deje cantar para que pueda cumplir con su trabajo porque estamos precisando agarrarnos de alguna forma para poder cubrir gastos. Pedir favores a esta altura es bastante difícil y duele ver a los colegas que hagan otra cosa”.