Ante el retorno lentamente de la normalidad en los Estados Unidos, es posible observar que estamos muy lejos de transformar el modelo de generación de energía a través de los combustibles fósiles por los automóviles eléctricos.
Estos últimos han tenido una importante evolución, pero están muy lejos de poder superar aún lo que significa para muchos la base estructural del movimiento de las personas a través de automóviles, fundamentalmente, y de otros mecanismos de locomoción.
Paraguay tiene una importante capacidad de generación hidroeléctrica y antes de estar pensando solo en la renegociación del costo de la energía, deberíamos enfocarnos en cómo poder utilizar masivamente este diferencial enorme en el mundo.
Paraguay tendría que estar en un nivel avanzado, no solo de investigación, sino de aplicación concreta y práctica que nos permita reducir los niveles de polución tan condenables a nivel mundial, como así también la utilización de biocombustible y de madera y carbón para la cocción de alimentos.
Es tiempo de cambiar el modelo en términos energéticos. Aquellos que lo hicieron han tenido la vanguardia en la capacidad de poder emerger, incluso en tiempos de pandemia, hacia un mejor destino.
