Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
El año lectivo 2020 es un año perdido y eso lo sabe cualquier estudiante. Cuando nosotros vemos la pésima calidad y la precaria conexión vía Internet que todavía tenemos en el Paraguay, vemos que estamos muy lejos de lograr la educación a distancia de buena calidad.
Si a eso le sumamos maestros no preparados ni para clases presenciales y aún todavía sumidos en el desconcierto y en la perplejidad tecnológica, podemos lograr el resultado final de un año que realmente se ha perdido.
Le conviene a la autoridad del ministerio reconocer esto para buscar soluciones y alternativas, especialmente ante lo que se viene en el año 2021, donde no aún estamos seguros que se van a volver a las clases presenciales.
Se hubiera aprovechado todo este tiempo para reparar todas las escuelas en mal estado. Hay recursos para eso, podríamos haber también trabajado mucho en el diseño de una nueva malla curricular que pueda servir fundamentalmente para enseñar de forma correcta y aprender lo más que se puedan en eso sí que podemos concluir que también es un año perdido. No se hicieron ambas cosas, y si finalmente, con la tecnología y con las limitaciones docentes no logramos lo otro, podemos afirmar con claridad que el 2020 es un gran año perdido.
