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El dengue golpea duro

Esta enfermedad febril causada por un virus de la familia de los flavivirus que tiene síntomas y consecuencias graves para la salud humana no se limita a estar en Paraguay o Brasil sino también en Perú y  en toda Guyana.

Con cerca de 13.000 casos probables, la región ha sido escenario de una fuerte aceleración epidémica desde principios de año, lo que ya está ejerciendo presión sobre los servicios sanitarios.

3.146 kilómetros separan a Paraguay de Guyana, un país de 804,567 habitantes, el único país anglófono de Sudamérica. Continente que en verano es habitual tener la visita del dengue.

El año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) notificó 1302 muertes por dengue en la región de las Américas. Esto supone una tasa de letalidad del 0,04%. Y que tiene sus medidas y formas de hacer frente a su creación y propagación en nuestros barrios, ciudades, países y continentes, así cómo nos hemos portado y reaccionado ante la enfermedad del coronavirus o COVID que existió no solo en nuestro país y continente sino fue o es algo mundial, porque todavía no se aclaró la posibilidad de la inexistencia de este invisible y mortal virus que para asegurar su ausencia.

Prever antes que curar

Debemos tener en cuenta las recomendaciones y prácticas sugeridas por la medicina; vacunación, distancia entre nosotros y limpieza en entornos públicos. Por el riesgo que supone estar en contacto con superficies que pudieron ser tocadas por terceros que sin intenciones o conocimiento pudieron haber dejado ese maldito virus que según registros oficiales ha dejado 15 millones de muertes en el mundo entre 2020 y 2021. 

La OMS indicó que el 84% del exceso de muertes se produjo en el sureste asiático, Europa y América, con el 68% concentrado en diez países.

La mayor cantidad se registró en el sureste asiático, con 5,99 millones. En la lista por regiones le siguieron Europa, con 3,25 millones; América, con 3,23 millones; África, con 1,25 millones; y el Mediterráneo oriental, con 1,08 millones. El Pacífico occidental fue la zona menos afectada, con 120.000 muertes.

Sea cómo sea los únicos que podemos hacer algo para regular y controlar la expansión de este dilema somos nosotros que somos los que padecemos esta enfermedad que puede llegar hasta a terminar con nuestra vida.

Una que debe ser cuidada y fortalecida no solo con actividades físicas, buena alimentación o cualquier sugerencia estética de la industria de vestimenta o cosméticos, sino sobre todo con cuidados particulares y colectivos a su vez. No vivimos solos en nuestro hogar, barrio o ciudad, espacios que pueden verse afectados por la existencia de cualquier virus que tienen la capacidad de borrarse si existe un espíritu de cuerpo lo suficientemente fuerte para cuidarnos entre todos. Tal  cómo lo hace nuestro organismo al tener una amenaza con nuestras inmunizaciones, que se ven afectadas una vez que el virus haya entrado a nuestro organismo.

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