Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Esta semana se presenta desde el Ejecutivo la propuesta del Presupuesto General de Gastos del próximo año. El país lleva 6 meses parado por efecto y consecuencia de la pandemia y las condiciones económicas del país han decrecido de manera enorme, el PIB ha bajado de forma increíble, y las expectativas no son nada halagüeñas.
Se espera que el presupuesto refleje la realdad y tenga la capacidad de animarse a cortarse su propia carne, que significa que el Estado tenga que disponer de una cifra importante de numerarios y supernumerarios para dejarlos afuera sin que esto represente un costo extra para el Estado.
También estamos hablando de cuestiones que tengan que ver con el mejor manejo de las cuentas públicas y que no tengamos tantas pérdidas en los gastos por culpa de la corrupción. El banco Interamericano dijo a comienzos de este año que el Estado paraguayo pierde US$ 1.600 millones anualmente en todas estas cuestiones que involucran malos manejos de la cosa pública.
El presidente del Senado ha dicho de que no hay otra alternativa que seguir endeudando al país y colocar más impuestos, y afirmó “no hay espacio para la reforma del Estado”, o sea, que el Estado hará lo mismo, sin cambiar su modus operandi y el costo del presupuesto 2021 será pagado por los contribuyentes con más impuestos y más endeudamiento.