Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Los desafíos que tiene la Seprelad en términos de hacer una trazabilidad del dinero sucio son tan grandes que esta institución ha decidido no asumir su trabajo establecido en la norma.
Ahora que los clubes deportivos serán también sujetos obligados y también las tabacaleras, podríamos conocer exactamente quiénes son los que realizan transacciones a través de estas instituciones o estas empresas y de qué manera se está lavando dinero negro o sucio a través de este mecanismo.
Nos parece raro que el Paraguay haya sido uno de los últimos países en haber establecido este tipo de normas, y se puede entender por qué. Porque muchos de los protagonistas del fútbol son también dirigentes políticos que tienen la posibilidad de evitar que una norma como la que se pretende pasar y llegue a ser puesta en vigencia propiamente.
Seprelad no tiene una buena tradición de control. Es bastante dura, con pequeñas transacciones y bastante torpe, ciega, sorda y muda con aquellos que mueven grandes cantidades de dinero. Darío Messer es un caso elocuente de las connotaciones que tiene una mala gestión del ente encargado de revisar el origen de fortunas que se mueven en el país sin ningún tipo de control.
Esto del deporte puede ser un buen comienzo para saber quién paga a un futbolista, con qué dinero y qué origen tiene el mismo y qué pago de tributos hacen los protagonistas de esta parte del negocio que durante mucho tiempo gozó de las ventajas de la opacidad.