Comentario 3×3
Las relaciones sociales son siempre complejas en cualquier parte del mundo. Una de las cuestiones en las que se ha insistido mucho en el país es hacer que la estructura social básica, la familia, tenga algún tipo de comprensión mucho más amplia que la que tenemos en la realidad. Se avanzó mucho en el tema de la protección de la mujer, lo que no significa que tengamos menos casos de feminicidios o de violencia intrafamiliar.
Algunos han llevado hasta el extremo, haciendo que los derechos de los hombres, en algunos casos, no sean contemplados con la misma severidad y rigurosidad que si lo hacen con el tema de las mujeres, pero ese es un debate intrascendente, aquí lo que habría que buscar recuperar es el sentido de la familia y para eso hace falta una intervención mucho más amplia y generosa de parte del Estado.
Mucho no se puede pedir porque nuestros líderes políticos también vienen de familias destrozadas y han reproducido los mismos elementos en su vida cotidiana. El Paraguay se encuentra así ante un callejón sin salida. Requiere recuperar esa vitalidad, eso que se garantiza incluso con rango constitucional y al mismo tiempo reconocer las deficiencias, las falencias, las debilidades de nuestra propia estructura administrativa en términos de los gestores de las políticas públicas en este sentido.
La cuestión no se acaba en discutir en términos legales los límites y espacios comunes. Aquí lo que hace falta es una verdadera voluntad de hacer aquello que tenga que hacerse.