De acuerdo al sitio web de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 4 de enero se celebra el Día Mundial del Braille. Se festeja desde el año 2019 y tiene como fin crear mayor conciencia sobre la importancia del braille como medio de comunicación para la plena realización de los derechos humanos para las personas no videntes y con deficiencia visual.
Ariel Ruiz Díaz, un joven no vidente, explicó que se eligió esta fecha en honor al nacimiento del francés Luis Braille, quien ideó y diseñó el sistema de lectura y escritura para personas con discapacidad visual. El mismo tuvo un accidente en un taller de sus padres con unos cuchillos, que terminó en consecuencia con la pérdida de su visión.
Asimismo, aseveró que mucha gente afirma que dicho sistema desaparecerá o que no es útil, incluso personas con discapacidad. Sin embargo, él argumenta que nunca lo hará.
“Mientras haya personas que nazcan ciegas, el braille va a seguir existiendo y va a seguir siendo necesario. Yo por ejemplo soy no vidente de nacimiento. Es necesario para que nosotros visualicemos las diferencias ortográficas, por ejemplo: la v o la b, la c, la s, la z, las palabras con H y sin H, incluso es muy necesario para el aprendizaje de idiomas. Entonces el braille siempre va a ser útil para las personas que nazcan no videntes, para que tengamos una noción de lo que es la ortografía y el idioma”, relató.
Expresó que el defecto del lenguaje es que ocupa mucho espacio, por ejemplo, una hoja que sería para la gente que ve, son cuatro hojas en el sistema braille y que siempre va a ser complicado que se impriman libros de forma masiva.
Contó que utiliza mucho el sistema para manejar una agenda, para etiquetar sus medicamentos, números de cuentas, su café, cosas en mi casa, para cosas de la vida cotidiana, etc.
Señaló que en Paraguay no tenemos producciones masivas de libros en braille, como si hay en España. “Acá estamos demasiado lejos”, sentenció.
A su parecer, es muy necesario implementar el etiquetado en braille, para que la persona con discapacidad tenga independencia en cuanto a la compra y a la vida diaria. No obstante, cuestiones como facturas y cédulas en braille, son inviables, debido a que no todos leen en braille y son cuestiones demasiado complejas. “Yo creo que hay que apuntar a cosas más sencillas, que beneficien a todos: el etiquetado en braille, los medicamentos, toda esa parte de la vida cotidiana”, garantizó.
Mencionó que no todos leen braille porque no todos tienen acceso a la educación en el idioma, no hay muchas escuelas ni centros que enseñen braille, en especial en el interior. Otro motivo es debido a que cuando uno pierde la visión de grande, el cerebro ya tiene otra manera de comportarse y de visualizar las letras.
“Las letras en braille no son las mismas que utilizan las personas videntes, tienen otra forma. Entonces cuando vos perdés la vista de grande, ya tu cerebro le cuesta más acomodarse, porque ya visualiza de otra forma las cosas. Hay quienes aprenden braille, por supuesto que sí, pero la gente grande o la gente mayor prefiere nomás usar la tecnología”, puntualizó.
Por otro lado, Claudia Alonso, contó que aprendió braille cuando tenía 12 años pero empezó a utilizarlo a los 26 años aproximadamente, porque antes tenía baja visión y se manejaba con ampliaciones, las letras más grandes y con contrastes, escribía con un pincel o marcador negro o azul oscuro para poder leer, y utilizaba las grabaciones para estudiar.
Recordó que cuando ya no pudo, porque fue perdiendo la visión, empezó a utilizarlo para agilizar sus estudios, tomaba notas, para tener a mano algunos apuntes para las exposiciones e independizarse un poco más, no depender de las grabaciones que tenía que hacerle alguien. De esta forma, fue utilizando el braille, hasta que hace dos años perdió totalmente la visión y ya es usuaria desde hace mucho tiempo.
Ahora no depende totalmente del mismo porque también utiliza la computadora y el celular a través de los lectores de pantalla, que son también muy útiles. “Esas son mis dos grandes ayudas para la lectura y la escritura: el braille y los lectores de pantalla, que no se pueden reemplazar, se complementan totalmente, una persona no vidente no puede utilizar solamente el braille, ni tampoco utilizar solamente la tecnología”, afirmó.
Garantizó que el braille es una gran herramienta de autonomía e independencia igual que el bastón para las personas que no ven. “Me sirve mucho, empecé a utilizar cuando necesite para estudiar cuando estaba estudiando mi carrera, soy profesora de música y ahora me sirve para mi desempeño profesional y por supuesto que también en las actividades de la vida diaria”, manifestó.
Ejemplificó el caso contando que ella etiqueta las cosas en braille para distinguir la harina leudante de la harina común, los condimentos y cosas así. Igualmente, hace la lista del supermercado en braille, entonces cuando llega al super puede ir leyendo, qué productos ya tiene, qué le falta todavía y puede controlar por sí misma todo.
Agregó que los productos que vienen del extranjero si están etiquetados en braille pero que los que se fabrican a nivel nacional no. “Es todavía una tarea pendiente mejorar la información que se le va a proveer al usuario en braille. Solo el nombre de los medicamentos viene en el lenguaje. Se podría fácilmente poner en una línea el nombre del producto y en otra la fecha de vencimiento”, enfatizó.
Concluyó aseverando que no tiene mucha difusión en nuestro país, que se enseña pero no hay mucho acceso a la lectura, ya que la producción de materiales en braille en Paraguay es muy poca y ahora casi no reciben del extranjero, porque se está dando más difusión a la lectura en digital. “Pero si es muy necesario. Una persona necesita aprender a leer y a escribir en braille primero, y después pasar a lo digital, debido a que se necesita de ese proceso de codificación y decodificación de la lectura y escritura, una vez que eso se logre si se puede complementar con otras cosas”, finalizó.