Sergio Massa, ministro de Economía que tenía todos los vientos en contra ha ganado sorprendentemente en los comicios argentinos a un Javier Milei que destempladamente gritó a sus seguidores en el cierre de campaña: ¡en primera vuelta carajo!
Por: Benjamín Fernández Bogado – Enviado especial – Buenos Aires
Los peronistas ganaron también en la provincia clave de Buenos Aires donde se concentra grandemente el electorado argentino y se ha recuperado en varias provincias en dónde los números les eran negativos después de las elecciones internas, conocidas con las PASO.
Con una participación del 74% el candidato de Libertad Avanza, Javier Milei no ha podido superar su techo de las internas dónde sorprendió a todos y lo puso como favorito en estos comicios. Su discurso radical, sus ataques al papa y sus reivindicaciones de liderazgos mesiánicos y autoritarios le han jugado una mala pasada. Duro golpe para quien no logró transformar las intenciones de votos en sufragios efectivos.
La candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich confirmó su tercera ubicación y los votos de ella serán trascendentes en segunda vuelta. Pasó lo mismo con Juan Schiaretti, un peronista cordobés cuyos votos sumarían para Massa al deslizar la idea de un gobierno de unidad nacional.
A quien le costará mucho conseguir votos entre los partidos a cuyos referentes llamó «la casta» es al propio Milei que logró, sin embargo, cautivar a muchos votantes jóvenes. La segunda vuelta tendrá lugar en noviembre y el futuro presidente asumirá en diciembre.
Jornada tranquila en Buenos Aires con una jornada que se mostraba con cielo nublado, lluvias intermitentes y anuncio de tormenta. En las siguientes horas se abrió el tiempo, salió el sol y la jornada se desarrolló con normalidad. Casi como los resultados de los comicios dónde sorprendió al propio Massa y al dólar blue que ha caído 200 puntos cerrando a la noche a 900.
La economía es central en estos comicios dónde uno de sus principales responsables de una inflación de 130% gana estas elecciones lo que demuestra que «la casta» sigue muy viva y que los discursos destemplados no alcanzan para ganar.
Massa se mostrará más lejano del Kirchnerismo con certeza y Milei deberá peinarse de otra manera si quiere tener chances en segunda vuelta. Gran sorpresa para algunos: el aparato ganó a la bronca.