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Educación y alimentación

Educar y alimentar son dos verbos que van y no van de la mano. Hace poco un amigo me preguntaba; -¿Iñaki qué ministerio crees que se debe hacer cargo de alimentar a estudiantes en las escuelas o colegios?, a lo que automáticamente al escuchar que fueron mencionadas las palabras; escuelas y colegios se me vino a la cabeza el ministerio de educación que parece lo mas lógico.En otros países la institución encargada de este trabajo no es la que trabaja con la mente de la niñez y juventud sino la dedicada a gestionar la producción agro- ganadera de nuestro país o el MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería) como en los EEUU donde reparten millones de platos diarios en la escuelas. 

La jefa del Gabinete Civil de la Presidencia, Lea Giménez, comentó este hace poco que para llevar el alimento escolar al 100% de los estudiantes se necesitaría una inversión de US $300 millones. Destacó que el Gobierno pretende alimentar a un total de 1.300.000 estudiantes mediante el nuevo proyecto “Hambre Cero en las escuelas”. La ministra acudió a la convocatoria de la Comisión Permanente de la Comisión Permanente del Congreso Nacional para trabajar la idea. Por la necesidad básica que debe ser respondida no solo para saciar el hambre sino tener combustible suficiente para rendir adecuadamente en nuestros trabajos, estudios o tareas que demanden fuerza física y/o mental. El presidente Peña quiso centralizar y los intendentes se retobar y le doblaron el brazo volviendo todo de nuevo a lo anterior.

Alimentarse bien significa todo por lo importante que es desayunar, almorzar y cenar la suficiente cantidad de calorías, proteínas y comidas nutritivas para que nuestro  cuerpo asimile esos alimentos y los convierta en el combustible adecuado para lograr alcanzar nuestras metas en orden y a niveles inesperados por quien nos tome la prueba y hasta por nosotros mismos.

No debemos esperar que el Estado se encargue de lo que comamos , lo que vistamos, donde vivamos o lo que debamos saber para iniciar nuestra formación académica.  Los padres deben volver a tener soberanía alimentaria sobre su prole.

Aprender y enseñar a comer

Alimentación escolar es la porción de alimento nutritivo, saludable, inocuo, cultural, étnico, social y biológicamente aceptable que los estudiantes reciben puntualmente en los centros educativos durante 180 días, durante el período lectivo. El Estado paraguayo otorga al alumno la posibilidad de ingerir un paquete de galletitas con un yogurt y espera de esta forma que el estudiante logre aprender, calcular, razonar y absorber adecuadamente la ciencia que tenga cómo cátedra en su día. 

Antes de hablar en la Comisión Permanente del Congreso Nacional, la jefa de Gabinete; Lea Giménez; señaló que “estamos hablando de 1.300.000 estudiantes. Hubo casos donde los niños reciben alimentos y no los quieren, los tiran. Se va a implementar un nuevo modelo de gestión, donde se les va a pedir a inicio de año si quieren o no quieren recibir. Eso nos va a permitir filtrar, vamos a hacer un cruce de información en el RUE, el sistema de información social, y esto nos va a permitir dar un mejor seguimiento y trazabilidad” afirmó la secretaria del gabinete de Peña quien tambien tuvo que recular luego de la presión de los intendentes. 

También  agregó que “cada una de las instituciones que van a recibir estos recursos van a tener bien claro quiénes reciben este servicio público y con base de esto ir teniendo el número final. Pero, estamos hablando de US $300 millones, no llega a USD 500 millones (lo que requiere para llegar al 100%)”. Paraguay tiene afortunadamente una tierra fértil que puede producir muchas plantas, frutos y alimentar a su vez a animales que pueden ser usados para convertirse en nuestra comida, una vez hayan desarrollado todo lo que luego consumimos de ellos para seguir con vida y salud en nuestra infancia, juventud y adultez.

El presidente Santiago Peña señaló que el proyecto “Hambre Cero en las Escuelas” nace con un objetivo noble con el fin de resolver el hambre en el Paraguay y que no se debe aceptar que el país pase hambre, principalmente en los niños. Lo que no debe permitirse tampoco es que el mecanismo siga siendo una fuente de corrupción enorme en manos de los polìticos.-

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