Como si fuera que este 2020 no ha traído consigo varias cosas que no queremos volver a vivir, durante el fín de semana pasado vivimos otra muestra de como podemos habilitar sucursales del infierno a la vuelta de nuestras casas.
El día sábado terminé de almorzar para llegar antes de mi horario de guardia, sabía que mis camaradas necesitaban relevo porque la jornada estaba siendo intensa. Es difícil dejar a tu hija de dos meses en casa para ir a una situación donde no sabés si vas a volver.
Apenas llegué a mi compañia en Santísima Trinidad, salimos raduamente a un incendio que apeligraba viviendas en un condominio. Durante el recorrido del lugar, el radio operador indicaba que existían 48 denuncias de incendios en distintos lugares de Asunción solamente, después el resumen a nuvel nacional hablaba más de 2000 focos de incendio en todo el territorio nacional.
Infinitas veces, al llegar al lugar donde ocurre un siniestro, lo primero que nos dice la gente es «¿por qué tardan tanto?» en lugar de decir «¡gracias por venir!».
No existe país ni cuerpo de bomberos que pueda dar respuesta a 2000 focos de incendios y lamento que en estos más de 8 años de servicio ininterrumpido, más de 500 asistencias a diferentes tipos de emergencias, solamente 3 veces los afectados se acercaron al cuartel a decir «gracias». Ni dinero, ni regalos, solamente «gracias» es más que suficiente para quienes hacemos del servicio voluntario una misión de vida.
A la hora de nombrar a los «Héroes sin capa» de los bomberos, todos se sienten orgullosos y aplauden. A la hora del Presupuesto General de la Nación, Municipalidades, empresas y organizaciones, pareciera ser que los «héroes» se las tienen que arreglar solos.
Somos voluntarios, no tenemos ni queremos un salario, pero eso no significa que nuestros equipamientos, camiones y cuarteles no necesiten dinero para estar al servicio de la ciudadanía. Tus «héroes» tienen que salir a mendigar todos los años en los semáforos, vender rifas, hacer polladas, asados, para tener dinero para salvar tu vida durante un accidente o un incendio. Paraguay arde, pero de indiferencia. La próxima vez, en lugar de preguntarte ¿dónde están los bomberos?, la pregunta debería ser ¿Qué puedo hacer para ayudar a los bomberos a llegar a los incidentes?.