No todo lo que inventa y ofrece el ser humano está libre de problemas, cuando pensábamos que una de las soluciones para controlar y regular los efectos del cambio climático era la electrificación. Dejando de lado el uso de hidrocarburos para evitar que los motores de nuestros autos dejen de producir monóxido de carbono y ruido que molesta y contamina nuestro olfato, oídos y vida a cambio de un silencio y de ninguna emisión de aquel humo que nos hace mal.
Debemos entender que las baterías de estos vehículos eléctricos están hechas en base de minerales cómo el litio, cobalto, níquel, manganeso, hierro, aluminio y cobre que para su construcción requieren el uso de maniobras también contaminantes y de elevado riesgo cómo la minería. Muchos explotadores de minas usan mano de obra barata y explotada a veces por empresas que no asumen la responsabilidad adecuada en caso de accidentes que puedan ocurrir en estos proyectos en el mundo y los lugares que sean identificados con la existencia de estos minerales.
Todos reunidos hacen posible el ensamble de baterías que son usadas para vehículos o dispositivos que ya no compiten en la velocidad que tengan sino en la duración y resistencia de sus baterías de acuerdo a la distancia que desee hacer el piloto o empresa que deseen llegar a un lugar en particular.
También es una tendencia con uso de combustible que necesite un vehículo del “ayer”. Que se continúan haciendo, ofertando y consumiendo, con la esperanza de no tener que gastar o invertir mucho dinero en un viaje a un lugar específico.
La evolución del proceso
La historia nos enseña hechos llamativos cómo que; “Thomas Edison inventó una batería hace 113 años que podría proporcionar a los vehículos más de 1.600 km de autonomía”.
La batería combina níquel y hierro y se desarrolló en 1910, aunque no llegó a implementarse. La batería es el alma de cualquier coche eléctrico. Se encarga de almacenar la energía que permite alimentar al motor o motores con los que el vehículo se propulsa.
Por este motivo se hay muchas ofertas de vehículos que pueden recargarse con el movimiento que hagan asegurando la utilidad de la batería por un tiempo prolongado cómo el costoso Tesla también presenta dilemas con su oferta del piloto automático y la carencia de seguridad que significa para los viajeros de un automóvil manejado por la red una vez establecida la ubicación de donde queramos llegar.
Esta se trata de la batería de níquel-hierro, un invento que fue propuesta inicialmente por Ernst Waldemar Jungner, pero llegó a culminar en las manos de Edison.
Es cierto que el uso de la electricidad cómo combustible del transporte que tengamos y se mueva con eso reduzca el grado de contaminación que hagamos con el auto que queme aceite o necesite de hidrocarburo para funcionar, dependiendo del costo que presenten en las gasolineras y la capacidad de nuestro bolsillo para hacer frente a una demanda más que presente nuestra vida