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Desgraciada Asunción

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Políticos zotes y propietarios de la era jurásica condenan al centro histórico a languidecer en la desidia y el abandono.

Cualquier idea de puesta en valor del centro histórico de Asunción estará incompleta sin un proyecto orgánico de peatonalización. Hasta ahora, todos los intentos han sido limitados y temporarios. Lo que se necesita es poner en marcha una gran iniciativa de la que participen tanto quienes viven en el sector como quienes trabajan, comercian o ejercer cualquier actividad licita dentro de sus limites. Se necesita, además, una administración municipal que combine capacidad de gestión y de articulación de intereses y encamine un cronograma transformador del núcleo histórico.

Cada vez que se habla de Palma peatonal, a cierta gente se le erizan los pelos de la nuca, especialmente a los propietarios de la mayoría de los edificios del centro asunceno, gente que vivió y prosperó con la figura del comprador estacionando su caballo primero, su carro después, y finalmente su automóvil, frente a la entrada del negocio elegido. Esta práctica anclada en el siglo XIX sigue hasta el siglo XXI enmascarada con cualquier excusa, entre ellas, eso de que el cliente tiene derecho a estacionar su carruaje lo más cerca posible del mostrador al que se dirige, si es posible, frente mismo a la entrada.

Las ciudades que viven una explosiva transformación han cambiado el hábito de sus habitantes creando áreas en que la caminata reemplaza al vehículo y los centros comerciales, culturales y administrativos se tornan cada día más atractivos mediante su peatonalización.

Los ejemplos son abrumadores. Así lo entendieron Ciudad de México cuyo centro histórico tiene 31 calles peatonales. Ello determinó que sólo el tres por ciento de los visitantes lleguen a dicha área en automóvil, 16% caminando y 66% en transporte público.

Más cerca, la ciudad de Córdoba en Argentina, tiene 3 kilómetros de calles peatonales y una pequeña ciudad cercana, La Cumbrecita, es totalmente peatonal, con prohibición expresa de circulación de vehículos.

Finalmente, Santiago de Chile impulsa la idea de una ciudad caminable que sostiene que las ciudades caminables tienen un impacto positivo en las economías locales, promoviendo la actividad de pequeños y medianos comerciantes que estimulan el turismo e incentivan la inversión privada. Así, peatonales santiaguinas como los paseos Ahumada y Huérfanos duplican en peatones por hora a avenidas como 9 de Julio (Buenos Aires), Broadway (Nueva York) y hasta el Regent Street (Londres), según estudios liderados por Ministerio de Obras Públicas chileno apoyado por las municipalidades de Santiago y La Cisterna.

¿Por qué los demás lo tienen todo tan claro y nosotros aún nos debatimos en la Edad Media de la urbanización? Tenemos arquitectos sobresalientes, urbanistas altamente profesionales y sociólogos de talla continental. Claro que, pensándolo bien, también tenemos políticos zotes aliados a las capas más jurásicas de los propietarios de inmuebles del centro histórico.

Así, hasta las mentes más brillantes terminan aplastadas por la mediocridad y la codicia.

Desgraciada Asunción.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.