Hace nueve meses, he dado un ejercicio en mis redes sociales (@jpferbo) para dar a conocer día a día un artículo de nuestra constitución nacional. Iniciativa que nació de reflexionar porque somos un país que peleamos el primer puesto en corrupción y se dice luchar contra todo lo que eso implica, pero las cosas siguen igual o peor. Es sorprendente encontrarse con una incalculable ignorancia de la carta magna que nos rige y es tal vez allí el principio del mal que nos aqueja que es la impunidad.
Si analizamos la premisa, vemos que simplemente uno de los pilares para encontrar la solución a la problemática es únicamente la educación de ese libro en todos los niveles. Con mucho pesar esta tarea, que tuvieron que hacer los “demócratas” que redactaron la constitución, lastimosamente al parecer se sentaron en sus laureles y no entendieron que la tarea no estaba acabada con solo redactarla. “Porque la gallina cacarea… para avisar que puso huevos”. Nos faltaron demócratas “cacareadores”.
Ahora bien. Si hablamos de ignorancia de la norma, por más que según las leyes que rigen nuestro país, “La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento” estamos ante un gran problema que nos lleva a meditar si podemos cumplir con principios que no nos son conocidos. La impunidad nace desde la ignorancia de la norma y se materializa con los actos de los hombres que “imparten” justicia y que en algunos casos ignaros y en otros por bellacos hacen que tengamos no la justicia, si no la injusticia. Entendiéndose como impunidad, la falta de castigo.
Nos queda corto este espacio, pero me gustaría, aparte de invitarlos a que día a día conozcamos de nuestra Constitución y darle vida, dejarles unos puntos que me parecen importantes para luego de conocer nuestras normas, podamos demandar el fin de la impunidad. Estos son: 1. Fortalecer la independencia judicial; 2. Énfasis en la cooperación multilateral; 3. Introducir transparencia en la contratación pública; 4. Sacar el dinero sucio de la política y 5. Reforma parlamentaria e inmunidad presidencial. Si no debatimos estos temas, como decía Cambalache: Da lo mismo al que labura, Noche y día como un buey, Que el que vive de las minas, Que el que roba, que el que cura… O está fuera de la ley.
