Los graves costos que suponen la realidad actual del país en términos de manejo de la pandemia pueden tener derivaciones todavía mucho más superiores a las que estimamos exclusivamente en el ámbito sanitario. De hecho, en este momento, el canciller Euclides Acevedo se encuentra en Brasil recordándole a su colega Araujo la promesa de regalarle a Paraguay 10.000 dosis de vacuna, que imposiblemente en condiciones actuales podría donar a nuestro territorio.
Brasil alcanzó la cifra más alta de muertos en el día de ayer, con más de 2.700, y va camino a ser el país con mayor cantidad de decesos. Un acorralado Bolsonaro no tiene mucho margen de maniobra en jugar a la filantropía o al denominado soft power (poder suave).
Algunos también afirman que se estaría buscando la intervención de Brasil en la crisis interna del Paraguay. Asegurar que, si Cartes le suelta la mano a Abdo, tendría derivaciones para el propio Cartes y los intríngulis jurídicos que lo enfrentan con el lavado de dinero en territorio brasilero.
La tercera de las opciones que se maneja es que Acevedo estaría buscando algún tipo de salida decorosa al presidente Abdo, en caso de que deje el poder y solicite asilo político. Brasil tiene mucha experiencia en recoger a políticos averiados del Paraguay como Stroessner, Lino Oviedo, Cubas Grau y después cobrandonos, especialmente, en temas tan delicados como el Anexo C de Itaipú.
Es decir, se encargan de arreglar nuestro desaguisado pero a cambio de eso nos cobran una tarifa extraordinariamente alta.No habría que descartar que, en este momento, con la actual crisis a nivel local, se estén buscando opciones de ese tipo, porque forma parte de la genética democrática mal concebida en nuestra República desde 1989
