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Asunción

De sequías, bajantes y polémicas

Cristian Nielsen

“Cansados de correr eternamente el mismo camino, los ríos parecen tomar resuello y reducir al mínimo su potencia. Algún canal barroso, algún hilillo de agua que corre como por compromiso es todo lo que resta de nuestra caudalosa cintura fluvial. Las costas fangosas se estiran despertándose; los puentes muestran impúdicamente sus pilotes marcados para siempre por las aguas: las cuevas de cangrejos parecen los ojos asombrados de las barrancas y alguna canoa, inútilmente amarrada en el barro es el símbolo quieto de este otro fenómeno de las aguas: la bajante”. 

Este párrafo, de tono hasta poético, lo extraje de la edición del 3 de setiembre de 1963 del diario El Litoral de la ciudad de Santa Fe, Argentina y que bajo el título “El río dormido: Costas barrosas, aguas quietas y peces muertos…” se ocupó de documentar una de las peores bajantes de que se tenga registro en la historia documentada del rio Paraná. 

SEQUIAS Y BAJANTES – De acuerdo a un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), citado en un estudio publicado por CONACYT, las bajantes de los ríos vienen, por lo general, asociadas a la sequía, un fenómeno natural que puede ser catalogado en cuatro formas: meteorológica, agrícola, hidrológica y socioeconómica.

Cada una impacta en la disponibilidad de agua para los cultivos y para la navegación o directamente en la disponibilidad de agua desde la básica para beber hasta para el fluir del comercio que en abrumadora mayoría transcurre por ríos navegables.

Esta última fase es la que más nos golpea en la actualidad.

El río Paraguay tuvo un comportamiento parecido al actual entre los años ’60 y ’70, cuando frente a Asunción, el río alcanzó un registro de -36 centímetros en 1967, -14 en 1968, -40 en 1969, -25 en 1970 y -14 en 1971, una de las más prolongadas en el tiempo. En aquellos días, el puerto más frecuentado era Asunción, de manera que las cargas más voluminosas debieron transbordarse a embarcaciones menores o descargarse en Villeta, con todos los sobrecostos en flete fáciles de imaginar en una época con rutas muy primitivas y transporte altamente ineficiente.

DE UN EXTREMO AL OTRO – Frecuentemente se busca relacionar los fenómenos meteorológicos extremos a determinados comportamientos del hombre con respecto a la naturaleza. Estudios contemporáneos tienden a relativizar esta relación.

El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado en agosto pasado en Ginebra, afirma que “el cambio climático está intensificando el ciclo hidrológico. Esto conlleva una mayor intensidad de las precipitaciones y las inundaciones asociadas, así como unas sequías más intensas en muchas regiones”. Algunos expertos, sin embargo, contradicen estas conclusiones, argumentando que a medida que se retrocede en la historia del planeta, los registros extraídos de documentos “naturales” -capas de hielo estratificado durante miles de años, por ejemplo- no son lo suficientemente confiables como para concluir tan categóricamente que el comportamiento del clima actual no tiene antecedentes.

EN EL PARAGUAY – Un estudio publicado en 2005 por la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción contiene un gráfico sobre el comportamiento del clima en el Paraguay a partir de finales del siglo XIX. Me he permitido hacer esta agrupación de fenómenos, según registros documentados hasta 2005:

  • Inundaciones extraordinarias: 1877-1878
  • Inundaciones: 1905, 1982, 1983, 1988, 1994, 1996, 1997, 1998.
  • Heladas extraordinarias: 1916, 1917.
  • Heladas: 1975, 1985.
  • Tornado: 1926.
  • Sequías: 1947, 1984, 1995. 
  • Sequías con incendios forestales: 1999, 2000, 2005.

POLEMICA – Según la Academia, polémica significa controversia, opiniones enfrentadas. Pero también significa “arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza”. Tal vez esta última definición les quepa a muchos “polemistas” rápidos para achacar culpas de sequías, bajantes e incendios que sacuden el planeta y, sin duda, al Paraguay. Uno de los “ardides” -para seguir a la RAE- favoritos no sólo en el Paraguay sino en todo el Mercosur, es culpar a la soja y a la ganadería como responsables del cambio climático. En este choque de opiniones se insume tiempo y recursos, con afirmaciones categóricas y aparentemente inapelables, pero que difícilmente se sostienen cuando cotejando hechos históricos y bien documentados, la verdad toma otras formas y nos invita a ser rigurosos, en la medida en que cada uno pueda serlo.

¿Qué la naturaleza nos está enviando mensajes? Hace 3.500 millones de años que lo hace. Nosotros apenas somos un soplido en su historia.  

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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