Con el 38% del país vacunado es difícil encontrar otro tema de conversación
¿Tenemos o no dimensión de lo que nos está pasando con el tema COVID19? La gente está llenando estadios, celebramos el famoso “aforo 100%” como si estuviéramos a mil años luz de la que sigue estallando en focos de rebrote simultáneos en muchos lugares del mundo.
Sin embargo, cada día hay más gente que manda a paseo el barbijo, se amontona en recintos cerrados, celebra fiestas multitudinarias y atiborra estadios deportivos como nunca antes.
¿Cómo es posible que todo esto siga pasando? ¿Qué tiene en la cabeza toda esta muchedumbre que parece haber olvidado que hay protocolos que nunca fueron desactivados, por ejemplo lavarse las manos con agua y jabón y luego frotarlas con alcohol en gel, usar barbijo cuando se sube a un transporte público o se entra a un lugar de mucha aglomeración.
¿Qué tiene que pasar para que esta ola de insensatez vuelva por donde vino? ¿Qué la cantidad de muertes vuelva a subir, que las esperas en los hospitales para ser atendido duren horas, que las salas de terapia intensiva vuelvan a atiborrarse y a causar la desesperación de médicos, enfermeras y terapistas?
La estúpida suficiencia con la que se manejan muchas personas es desesperante. Los “inmortales” se burlan de quienes observan las normas sanitarias que nos siguen salvado de muchas muertes. Los héroes de divan, tereré y control remoto que desprecian todos los cuidados y prevenciones son por lo general los primeros en llorar su imprudencia y en amontonarse en los consultorios de urgencia. Hacen realidad aquel aforismo de que “todos somos machos hasta que la cucaracha vuela…”. En esta categoría de “inmortales” se alinean, también, los profetas de la antivacuna, subespecie a la que cada vez menos sociedades le tienen paciencia. Estamos a un paso, por culpa de esta cofradía de cretinos, de que se decrete la vacunación compulsiva, que por supuesto no se hará hasta que -Dios no lo quiera- la curva de muertes vuelva a saltar y ahí se nos frunza todo el valor.
Al presente, se han aplicado ya 8.400 millones de vacunas en todo el mundo. Cincuenta y cinco países ya han alcanzado un porcentaje razonablemente seguro de inmunidad. Nosotros lo haremos recién para agosto del año que viene.
¿Seguiremos papando moscas?
