Miércoles (ayer) un día inundado por manifestaciones, marchas, reclamos, caos vehicular, incumplimiento de protocolos sanitarios y miedo por lo que pueda ocurrir de ahora en más.
Grupos de diferentes sectores se colmaron ayer en el centro de Asunción cada uno reclamando diferentes cuestiones pero coincidiendo en el punto de que necesitan más apoyo para salir delante de la crisis económica y condiciones actuales en la cual se encuentran.
Campesinos, indígenas, productores, tractoristas, personal de blanco y mujeres fueron algunos de los sectores que ayer alzaron sus voces y se manifestaron en el centro de la capital del país.
En el caso de los labriegos, los mismos tomaron esa acción a fin de presionar a los legisladores de la Cámara Baja para que estos aprueben un proyecto de inversión para la agricultura familiar campesina por un total de US$ 25 millones que se destinarán a transferencias.
Desde tempranas horas, los miembros de la Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI) y de la Articulación Campesina, Indígena y Popular empezaron a movilizarse y bloquearon varias calles del microcentro de Asunción.
Los mismos se quedaron en varios puntos del microcentro capitalino, aglomerados y la mayoría sin tapabocas, incumpliendo los protocolos sanitarios para evitar contagiarse del Covid-19. Esto además ocasionó un caos vehicular y embotellamiento en las calles alternativas en plena hora pico.
Los campesinos e indígenas que están apostados en las plazas del microcentro fueron los únicos que consiguieron -en parte- que se cumplan con sus reclamos.
En contrapartida, los demás sectores que también se manifestaron no consiguieron que sus reclamos sean atendidos.
CUESTIONARON IMPROVISACIÓN DEL GOBIERNO
Antes del tratamiento del proyecto de préstamo para los campesinos, los diputados criticaron fuertemente al Ejecutivo por la improvisación del gobierno ante la problemática del campesinado.
En este punto, el diputado de Patria Querida, Sebastián Villarejo dijo que se “tira dinero” con los mismos procedimientos, mismos dirigentes y mismos resultados. Aseguró que más de US$ 1.200 millones se repartieron en 15 años a organizaciones desde el 2003 al 2017, “sin ningún resultado concreto que transforme la calidad de vida de nadie”.
“Estamos malgastando el dinero de la ciudadanía, quizás hasta en buena fe, pero no sirve si no transformamos la forma. Dar dinero sin tener un proceso establecido y sin políticas públicas reales no sirve. No se trata de regalar pollitos”, manifestó.
Al tiempo de agregar que se necesita políticas públicas serias, cooperativización masiva y una estrategia integral que contemple tierra, asistencia técnica, créditos, mercado y acompañamiento sostenido.
En este mismo sentido, se expresó el diputado liberal Édgar Ortiz quien dijo que cada año se tiene la misma visita, con los mismos problemas y que los campesinos cada día están más pobres. “Yo digo que son como el peluche de los políticos populistas y el político populista simplemente quiere a los campesinos en época de elecciones. Esa es la realidad de las cosas, y cada año vienen a llorar sobre el mismo motivo”, señaló.
Por su parte, su colega Édgar Acosto criticó la situación que el gobierno asumió al firmar un convenio. “No decimos que no haya merecimiento en cuanto a necesidades, pero nos demuestra la improvisación extrema del gobierno”, cuestionó.
“Nos mandan un paquete, los campesinos están afuera y tenemos que resolver. Si no aprobamos, somos los malos de la película. Por supuesto que no, por qué no deberíamos apoyar al sector campesino. Pero cuestionamos la forma en que viene. Tenemos que autorizar y después ellos salen en busca del dinero”, agregó.
No obstante, la Cámara Baja aprobó el proyecto pero con modificaciones por lo que la iniciativa vuelve al Senado. Los Diputados sólo aceptaron la emisión de bonos de US$ 25 millones para el Ministerio de Agricultura para el sector campesino y rechazaron US$ 37 millones para el Ministerio de Obras que ya también estaba en el mismo documento.