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Cuando la red no es social

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El anonimato que permite internet es uno de los factores que facilita la difusión de mensajes de odio, lo cual es grave, alerta «ya que los medios sociales del ciberespacio son un termómetro social con el que también se va normalizando la discriminación», y detalla que en la Conapred han notado como «el ataque se vuelve políticamente correcto; donde en ocasiones no se ve tan bien tender un discurso homofóbico, pero sí clasista. Es muy difícil medir como avanza la discriminación en twitter, facebook u otras redes».

Un ciudadano paraguayo cargado de odio que nunca demuestra tener intenciones del diálogo. Es tan común la situación que pareciera “normal” insultar con improperios a otro usuario que postea una idea que no compartimos.

Este fenómeno es analizado por Carlos Anibal Peris Castiglioni, Investigador de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y miembro de la Sociedad Paraguaya de Sociología.

El experto señala que existe un odio hasta llegar a un resentimiento que forma parte de la sociedad paraguaya. Y que esto se explota o se lleva a su máxima expresión en las redes sociales.

“Desde allí existe el anonimato detrás de la computadora. Entonces uno se siente con cierta valentía de decir lo que quiera”, expresó.

TRES MOTIVOS

El sociólogo explicó que estos discursos existen por tres motivos principales. El primero porque vivimos dentro del paradigma de la posverdad. Es decir que uno de los motivos de este rencor social es por el descreimiento en las autoridades y no solo gubernamentales sino también de otros estamentos internacionales como la Salud, científicos o por la misma academia por citar algunas.

En otras palabras, la ciudadanía cuestiona todo lo que escucha. Incluso las dichas por sus mismas autoridades por la desconfianza que existe. Y que esta desconfianza es uno de los pilares del odio colectivo que se lee y se escucha a diario acentuado en las redes sociales.

El otro motivo es que existen discursos polarizantes incendiarios dentro de la sociedad paraguaya. Discursos dicotómicos (bueno o malo). Por ejemplo, en nuestro país se instalan discursos profamilia y si piensas en contra sos anti familia. A favor de la ideología de género o en contra. Como estos discursos no aceptan puntos medios.

Son pregonados por discursos acalorados que obligan a la ciudadanía a tomar posturas fanáticas de un lado u otro lado. Por esto no se acepta posturas contrarias.

Y lo último es un cansancio generalizado. Esto, en el sentido que se ven actos de corrupción que no se juzgan. Existe impunidad. Muy pocas veces son castigados las autoridades responsables de algún delito.

Por esto hay un descreimiento que hace pensar al ciudadano a que se vida en “la ley del más fuerte”. Y que esto lo lleva a tomar diálogos de odio. Genera una situación de desamparo ya que no hay una moralidad que baje desde las autoridades.

AUTORITARISMO CULTURAL

Peris profundizó esta problemática. Señaló que este odio no nace en la “baja autoestima” que puede (o no) tener el paraguayo como pueblo. Sino más bien por la herencia cultural que existe.

El sociólogo rememoró los 35 años de dictadura donde se estableció un “autoritarismo cultural”. Esto significa que no se aceptaba el diálogo en ese entonces y eso sigue presente en la actualidad. Resaltó también que el autoritarismo obligada a tener posturas críticas hasta llegar al odio hacia ciertos sectores contrarios al Gobierno y que eso sigue vigente solo enfocado a otros sectores.

“Es una forma de pensamiento que heredamos y que se ve fortalecido por la impersonalidad de las redes. Y también por discursos dicotómicos de los mismos actores políticos en la actualidad”, subrayó.

ENCAUZAR

Finalmente al ser consultado sobre cómo se puede rencausar esta situación, respondió que primero tiene que haber un ejemplo por parte de las autoridades. Ejemplo en el sentido que políticos que hagan una buena gestión dentro de sus cargos. De forma paralela a esto debe empezar a mermar la impunidad.

“Tienen que bajar los discursos el sector político. Así como de la iglesia y los movimientos sociales. En concreto, deben señalar discursos que señalen posturas intermedias. Es decir, pueden estar en contra pero no por eso son mis enemigos”, explicó.

Peris graficó su postura con uno de los últimos episodios ocurridos también en la Cámara Baja. Con la bancada cartista criticando duramente a Teresa Martínez, ministra de la niñez por tener una supuesta postura en contra de la familia.

“Los discursos incendiarios vienen a sectores políticos que ya están en campañas electorales. Y lo único que logran es dividir a la ciudadanía e instalar estos discursos de odio”, concluyó.

Ulrich Beck, reconocido sociólogo alemán (1944-2015), publicó en 1986 una obra denominada “Sociedades de Riesgo”. En su trabajo el advierte que la sociedad siente que está en constante riesgo (calentamiento global, terrorismo, corrupción y más). Y que esto hace reforzar el individualismo para poder subsistir. Esto genera que se agrieten las familias.

Para Peris, esta sensación de inseguridad que describía Beck hace más de 30 años es también impulsor de los discursos de odio como método de supervivencia inconscientemente.

Carlos Peris.
Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.