Los alejamientos de Julio Javier Ríos, ahora exministro de Justicia y de Walter Vásquez, hasta el miércoles, comandante de la Policía Nacional, parece más una medida para enfriar el problema que para lograr una solución real.
El Ejecutivo aceptó la renuncia de Ríos y destituyó a Vásquez luego del ataque que sufrió la Policía Nacional por parte de un grupo criminal. Ataque que derivó en la muerte de Félix Ferrari, subcomisario de la 1era. Metropolitana.
Esta determinación, puede servir más para tranquilizar a la opinión pública. O para premiar a los responsables. Alejándolos del problema. Pero para dar una solución real, esta decisión no ayuda en nada.
Lo ideal sería que ambos sigan en sus puestos. Que se les de un plazo de tiempo para la realización de medidas de acción y consecución de resultados. Ahora, con las nuevas cabezas, todo el proceso iniciará desde cero.
Todo iniciaba el miércoles a las 21.00, cuando Mario Abdo Benítez, presidente de la República publicaba un tuit donde informaba que aceptaba la renuncia del ahora exministro de justicia Julio Javier Ríos.
CONTRADICCIONES
En la mañana de ayer, en conferencia de prensa el Presidente de la República anunció que no es una decisión fácil la destitución de un ministro. Y que el cambio tampoco garantiza que las cosas mejorarán. Esto en alusión al porqué el ministro del Interior no sigue el mismo camino que el de Justicia.
Sumada a la incoherencia de mantener a Villamayor y la salida de Ríos. Ayer se sumaba la destitución de Daniel Lichi de la cartera del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). En su reemplazo asumirá Rodolfo Friedmann, senador nacional con permiso.
El argumento de “no es una decisión fácil cambiar a un ministro. Y que los resultados se ven en 5 años y no en 1” quedó sin defensas ante este inesperado movimiento político. Sí bien Lichi tenia cuestionamientos, no eran de la gravedad de Villamayor que aún permanece.
Sobre el punto, varios gremios se pronunciaron en contra de la próxima designación de Friedmann. Como la Asociación Rural del Paraguay (ARP). En palabras de su vicepresidente Nicolás Burró, la destitución de Lichi les sorprende ya que estaba realizando un buen trabajo.
También sorprende que senadores cartistas trataban de “usurpador” a Friedmann. Pero no dicen nada sobre su próxima designación al frente del MAG. Ya que si cuestionan su capacidad y honorabilidad política ¿porque también no lo hacen sobre su próximo cargo? ¿O solo la banca era lo que les molestaba?
Estas decisiones desafortunadas y el hecho de que el mandatario no pueda argumentarlas, nos permite creer que fueron dictadas por otro jefe, ubicado en una escalón superior.
