La democracia implica que el poder procede del pueblo y puede ejercerlo a través de los representantes políticos. Se habla del gobierno de la ciudadanía a través de los gobernantes, quienes fueron elegidos a través del voto popular. Pero actualmente, hay una crisis de representatividad.
Esta situación se da porque las autoridades no han dado respuestas a las necesidades y los problemas centrales de la sociedad. Ahora mismo hay una grave crisis económica y social. La inflación está golpeando a varias familias paraguayas, principalmente a los más humildes. Actualmente, en Paraguay hay más de 1.900.000 personas que viven bajo la línea de la pobreza.
La crisis de representatividad se agravó por varios motivos, pero aquí citaremos los principales: Algunos de los partidos políticos se venden al mejor postor, es decir, incorporan a sus filas a personas con caudal económico, sin importar las propuestas o el historial de vida. Entonces, el partido se convierte en una mercancía, que está al servicio de las personas con dinero.
De igual manera, no hay nuevos liderazgos. Los partidos no invierten en la preparación de nuevos líderes o simplemente no dan oportunidades a los jóvenes, quienes hoy se sienten muy alejados de los actores políticos.
Los partidos políticos se están debilitado porque el crimen organizado está ingresando dentro de sus filas, haciendo que la democracia esté en peligro.
De igual manera, en Paraguay sigue vigente la figura del caudillismo, que es una práctica muy común. En lugar de contar con caudillos, se debe trabajar para consolidar las instituciones del Estado, para que éstas puedan funcionar y dar respuesta a la ciudadanía.
