Aproximadamente 250 productores de leche han sido afectados por la sequía en el municipio de Irala Fernández. No pudieron sembrar heno y ensilaje para alimentar a sus animales durante el invierno y en consecuencia, ha bajado la producción de leche. En los últimos dos meses el promedio va de 35% a 60% aproximadamente, lo cual representa un valor aproximado de G. 791.200.000, según datos del Grupo de Trabajo de Producción Sostenible para el Chaco paraguayo.
Asimismo, la disponibilidad del agua se está volviendo escasa para el consumo humano y animal en las fincas lecheras. Considerando la falta de forrajes y agua para sus animales se podría ocasionar muerte de las mismas, dejando más pérdidas económicas a los productores. Con la aparición de la pandemia no se puede realizar a la venta de animales ni acceder a servicios de bienes e insumos para la producción.
PROYECTO CHACO SUSTENTABLE
La Fundación Solidaridad es una organización internacional con nueve oficinas regionales que opera en cinco continentes. Comenzó en el 2014 en Paraguay y su misión es reunir a los actores de la cadena de suministro para buscar soluciones innovadoras para mejorar la producción, promoviendo una economía sostenible e inclusiva que maximice el beneficio para todos.
Hoy se encuentran apoyando una mesa de diálogo en el municipio de Irala Fernández. En este sentido, el Grupo de Trabajo de Producción Sostenible para el Chaco paraguayo ha sido creado para facilitar un diálogo honesto con el gobierno local, los productores de leche, los pueblos indígenas y las OSC para desarrollar una visión y soluciones compartidas para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático.
Mario Salas, gerente de programa, Carlos Florentín, coordinador de campo y Claudia Leiva, técnica de proyecto, comentaron que se ha formado un equipo técnico extensionista para ayudar a los productores, transferir conocimientos y tecnologías para hacer frente a los efectos del cambio climático.
“A partir de 2019, tenemos siete técnicos de campo trabajando en el Chaco. Cuatro para ayudar a las cooperativas y comités de producción lechera y tres para trabajar con las comunidades indígenas, dirigidos por un coordinador permanente en el Chaco. Este equipo asiste de manera continua a los productores a través de soporte técnico en la finca basados siempre en los cuatro pilares de producción: nutrición, sanidad, manejo y genética”, refirieron.
Actualmente tienen descripciones detalladas de las operaciones de 50 productores lecheros donde su personal puede identificar puntos de mejora y proponer planes de acción para cada una de las fincas pilotos.
“Estamos satisfechos con los enormes esfuerzos que realizó el equipo del proyecto y la dedicación para lograr los objetivos propuestos. Las tecnologías climáticamente inteligentes tienen el potencial de aumentar el rendimiento, hubo un aumento promedio del 17.32% de producción total de tres cooperativas y un comité de lechero, logrando un mejor balance de carbono que el sistema de producción convencional, las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron en un 29% por hectárea, lo que resulta en un 63% menos de emisiones de gas de efecto invernadero por litro de leche producida”.
También han conectado a los agricultores con el mercado y los instrumentos financieros, en préstamos para agronegocios logrados a través de nuestro convenio con el Crédito Agrícola de Habilitación, para invertir en el desarrollo de sus agronegocios, y, sobre todo, han sido testigos de la felicidad de los productores que han aprendido, aplicado y cosechado los beneficios de las buenas prácticas de producción sustentable aprendidas.
COVID Y SEQUÍA
Las poblaciones vulnerables son las más afectadas por la seguía, el 80% de las hectáreas de consumos sembradas se perdieron, y solo se podrá cosechar el 60% de las hectáreas sembradas de sésamo, considerando que se podría tener una baja productividad por hectárea, lo que generará una importante escasez de alimentos e ingresos en los hogares, a esto se suma la falta de agua en algunas comunidades.
Además se ven afectados por la pandemia al no poder salir a trabajar para buscar recursos económicos que pueda apaciguar la necesidad de las mismas. Los tajamares se están quedando sin peces siendo esta la mayor fuente de alimentos y los kit alimenticios otorgados por el Proyecto y la SEN.