Cuando pensábamos que las cifras de afectados por el covid habían concluido de contarse especialmente con la inmunización, campañas de prevención y todo lo que implicó llevar adelante para dejar de sumar decesos o afectados por esta peste. Sin embargo, ahora en China donde se inició todo han vuelto los confinamientos y los temores..
Leemos en la prensa internacional que “China no tiene una salida fácil de la política de ‘cero covid’”. lo que fue una de las pandemias que marcó muy duro a este país por tener registrado la cifra más elevada de fallecidos y afectados por la enfermedad y un costo muy alto: el grave daño social y económico que condujo el pasado fin de semana a las protestas más grandes contra el gobierno en varias décadas. Los chinos ya no quieren volver a las medidas extremas que se dieron cuando se dió la pandemia.
Lo que marca así el post convid que castigó mal al mundo y sirvió para aprender la necesidad de entender y aplicar la prevención desde el saludo y aproximación humana en nuestras relaciones habituales pero la gente no quiere más confinamientos. Hasta lo que se debe o debió hacer desde el Estado para tener responder a las necesidades.
Situaciones críticas
Eso es lo que se ha dado en China continental donde a vice primera ministra, Sun Chunlan, la zarina de china de la covid, pareció anunciar el fin del enfoque “cero covid” cuando dijo el miércoles de la semana pasada que habría una nueva estrategia de forma inminente. como si les hubiesen dado la señal, algunas grandes ciudades empezaron a deshacerse de algunas medidas pandémicas claves, y se prevé que otras seguirán sus pasos. Es una forma de respuesta a las reclamaciones de los ciudadanos en las calles que ya no quieren medidas graves.
A finales de 2019, China lo mantuvo controlado con estrictos confinamientos mientras se propagaba a nivel mundial. Ser y hacer gobierno en este país es una tarea titánica por responder o intentar responder a las demandas hechas por 1.412 millones de personas que marcan su población o de los que han quedado con vida luego del drenaje de vidas humanas que significó el covid en el mundo.
Herido por las acusaciones, como las del presidente Donald Trump, de que China había desatado la pandemia en el mundo, y ansioso por prevenir el resurgimiento del virus, el partido comunista de China redobló sus esfuerzos invirtiendo ingentes recursos en la realización de pruebas, desarrolló una vasta infraestructura de rastreo y cuarentena de alta tecnología y cerró ciudades enteras.
Los trabajos hechos por el gobierno hicieron que los brotes pequeños se eliminaban con rapidez y se mantuvieron unas tasas de contagio sumamente bajas.
Así y todo lo que ocurre tras bambalinas fue lo que incomodó a la población cómo los efectos de la peste en la economía y la sociedad al perder a un miembro de la familia, asociación o empresa que es algo que ninguna reforma por parte del gobierno, fondos financieros o cualquier asistencia o ayuda material puede reemplazar.
Cambios de estrategia
La presión severa que la pandemia impuso al sistema sanitario estadounidense no les pasó desapercibida a las autoridades en Pekín, que eran muy conscientes de la debilidad de su propia infraestructura sanitaria, infradotada de fondos e insuficientemente equipadas, y del envejecimiento de la población china.
EE.UU también tuvo efectos desagradables de esta pandemia tuvo que remangarse y asistir al mundo con ayuda sanitaria y financiera a los países y ciudades más afectadas por el enemigo invisible.
Siendo uno de los países que desarrolla una de las vacunas usadas tanto en suelo americano cómo en el mismo planeta con inmunizaciones que fueron distribuidas e inyectadas cómo las conocidas como Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson que a su vez sirvieron para aumentar los fondos de farmacéuticas y hasta gobiernos que en la oportunidad que significó la pandemia y las ventas hechas a otros gobiernos interesados en hacerlo que hasta ahora preocupa a Xi Jinping que tiene hasta hoy día desde la fecha que es identificada la primera infección en la ciudad de Wuhan.
Desde el principio, el propio Xi, jefe de gobierno chino, se vinculó al éxito de la política de “cero covid”, que es el nombre a las medidas impuestas por el gobierno para detener el avance del temido y peligroso covid. Pero, ahora estas mismas políticas incomodan y generan reacciones menos autoritarias desde el gobierno donde surgió el covid. Veremos como manejan el rebrote.