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Costo político

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Cuando decimos nadie nos estamos refiriendo a toda la clase política en su conjunto, tanto la que está en el ejercicio del poder como quienes desde la otra vereda intentan hacer oposición u obstrucción, según su vocación.

Sería demasiado fácil hacer política con beneficio de inventario. Días atrás un dijo algo como esto: “Hay quienes buscan que la cuarentena se levante por razones económicas. Son esos mismos los que el día de mañana, si los cadáveres empiezan a acumularse, nos van a culpar por haberla levantado”.

Gobernar es una cadena contínua de toma de decisiones. Ningún político está exento de cometer errores. La obra más demandada, basada en el mejor cálculo estratégico elaborado por el mejor equipo de trabajo, puede fallar en su ejecución por miles de razones. Ese es un riesgo inevitable en los actos de gobierno. Pero una cosa es una ruta que se deteriora rápidamente o un conjunto habitacional que hace agua por todos lados y otra muy diferente cerrar, abrir parcial o paulatinamente, un país por cuestiones sanitarias.

Es la clásica ecuación diabólica porque no se trata de actuar sobre cálculos estructurales, ni siquiera actuariales, sino decisiones que se van tomando sobre la marcha en base a estimaciones que no tienen ninguna certeza científica o
estadística, sino solo proyecciones fundadas no pocas veces en presunciones. Las perspectivas son desalentadoras: cuarentena estricta, economía en declive; cuarentena relajada, peligro de expansión del virus. ¿Qué hacer?

El Gobierno y su equipo asesor han estado operando hasta ahora con resultados positivos, en lo estrictamente sanitario. Pero la maquinaria económica cruje por todos los costados y sus actores presionan cada vez con mayor fuerza para que se afloje el lazo y puedan respirar las pequeñas y medianas empresas de servicios, hotelería, restaurantes, turismo, etc. Es en ese momento preciso -ahora mismo- que al gobernante se le activan todas las alarmas y, antes de actuar, evalúa el costo político de sus decisiones.

En ese momento clave, ¿que privilegia hoy el Gobierno? ¿Los efectos de una medida cuya eficacia no está asegurada o su costo político en las urnas? ¿Qué riesgo inclina la balanza, el que afecta la salud de la población o la eventual
volatilidad del capital político? Es en esas coyunturas cuando surge el estadista.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.