A no ser que sean Mirta Legrand, una modelo inalcanzable de Victoria Secret Angels o alguna estrella de Hollywood, no existe una solo justificativo para el uso de filtros. Si son figuras públicas electas o en proceso de ser elegibles dejen de transformarse para las fotos de campaña y para las fotos o videos de redes, ya que es contraproducente.
La evolución y la tecnología no solo permiten que los humanos vivan más años, sino que también lleguen con menos aflicciones y con una estética mejorada. La medicina estética y la plástica, así como la ciencia de la nutrición, los hábitos saludables, el deporte etc. plantean un abanico de posibilidades para trabajar sobre las cosas que no nos gustan o queremos mejorar en nuestro aspecto físico.
La ciudadanía no cree en la clase política, y que estafa es encontrarse con un candidato que en vivo es irreconocible de tanto filtro y Photoshop. ¿Qué imagen doy? ¿Hasta dónde puedo sostener ese avatar que se construye desde las redes?
No tengo el conocimiento clínico para hablar sobre el dialogo interno que puedan tener las personas que eligen crearse un avatar de sí mismos, donde ya no se ocupan de la imagen que refleja el espejo y casi de forma esquizofrénica empiezan a adoptar la imagen mental que ellos mismos modelan desde el móvil con aplicaciones. Puede o no tener algún efecto sobre la personalidad y de esto ya existen estudios que incluyen como efecto adverso: baja autoestima, ansiedad y depresión.
Asumir la realidad nos ayuda también a transmitir honestidad, siempre tendremos cosas que se pueden mejorar y que incluso es apropiado que revisemos cuando lo que tratamos de expresar es algo que va más allá de las palabras y que solo se puede trasmitir con lo que refleja nuestra imagen personal. Pero construir una imagen digital ficticia e irreal nos aleja de la ciudadanía, terminamos muy lejos de ser un aspiracional.
