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Corrupción familiar en presidencia mexicana

Ser el primer mandatario implica asumir mucha responsabilidad propia multiplicada por la de sus entornos. La familia del presidente cobra igual o más protagonismo que el dirigente en muchos casos y siempre todos están bajo la lupa.  

México no es cualquier país por las características demográficas, geográficas y de lo que naturalmente provee al mundo y  que para que esto continúe así, a quien le toque dirigir ese territorio debe tener mucha atención y cuidado con lo que haga o cómo se exponga su círculo humano más cercano, o familia. 

Ahora El presidente Andres Manuel Lopez Obrador dice; “Mis hijos no son corruptos”. AMLO calificó de “calumnia” los reportajes sobre presuntos conflictos de interés de sus hijos Andrés Manuel y José Ramón López Beltrán. El mandatario tachó de “calumnia” un artículo del portal LatinUs, del periodista Carlos Loret de Mola, que revela que una red de amigos de su hijo Andrés Manuel López Beltrán ha obtenido contratos por 100 millones de pesos (unos 5,55 millones de dólares) de la Administración federal. Amlo pasó a la ofensiva atacando a este periodista uno de sus críticos mas relevantes. 

Son acontecimientos cómo estos los que aunque sean verdad o no sirven para aprender de lo que se da en otros países y la incidencia de la familia en la cosa pública o que signifique errores cómo el nepotismo.  Los ojos del control social se centran sobre cada uno de ellos cuando se tratan asuntos de corrupción. Eso pasa allá y aquí.

En la Constitución paraguaya está bien redactada y expuesto lo que dicen sus artículos 2 y 3 al respecto: “ell que realice un nombramiento o una contratación de servicios, en contravención a lo dispuesto en la presente ley, será sancionado con una medida de inhabilitación en el ejercicio de la función pública de hasta cinco años y la nulidad del acto jurídico”. La disposición es bien clara. 

La organización Mexicanos Unidos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) reveló el 3 de mayo que otro hijo del gobernante, José Ramón López Beltrán, vive en una casa de la asistente de la directora de La Jornada, el diario con más contratos en el actual sexenio, por más de 750 millones de pesos (41,6 millones de dólares). El mandatario acusó a la prensa de “acosar” a sus hijos. “Ayer fueron a la casa donde vive José Ramón a esperarlo ahí, es un acoso, pero yo le digo a mis hijos: ‘aguanten, no caigan en ninguna provocación'”, dijo el presidente.

Graves costos de la corrupción

El mexicano padece las consecuencias de la corrupción y cuando no se abordan estos temas terminan emigrando hacia su vecino del norte. No hay respuestas  satisfechas a la acción de los gobiernos  en varios temas sociales. Mas de la mitad de la población mexicana vive en condiciones de pobreza. 

Esta no es la primera vez que los hijos de López Obrador afrontan acusaciones de corrupción y tráfico de influencias. MCCI reveló en enero de 2022 que López Beltrán y su pareja, Carolyn Adams, ocuparon en 2019 y 2020 una residencia en Houston, Texas, que pertenecía a Keith L. Schilling, ejecutivo de Baker Hughes, que ese año obtuvo un contrato de Petróleos Mexicanos (PEMEX), un escándalo llamado “La Casa Gris”.

Además de ser un llamado de atención al director de cualquier país es una oportunidad para entender y poner en práctica el diálogo, conversación o charla en las casas de familia con respecto a los intereses y novedades  que existan entre los miembros del núcleo más importante de la sociedad, que si bien sabemos es el único que realmente responde bien a problemas que tengamos, más que pueden ser conflictos a mayor escala si son transportados al trabajo del estado. Una empresa que debe responder bien al ciudadano que mensualmente contribuye para asegurarse salud, y cualquier comodidad que lo ayude a continuar bien en su casa. Mas activismos sobre temas cívicos en las casas, en las instituciones para no tener que lamentarse de gobiernos de izquierda o de derecha terminan con acabar con sus recursos o emigrar.

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