En realidad, hablamos de contraste digital, como parte de una campaña electoral o de la campaña constante para empresas, partidos políticos, movimientos, instituciones públicas y personas con alta exposición.
Andres Elias (el consultor político digital más importante de Latinoamérica) dice: “El contraste en política también es denominado como campaña sucia, o negativa en otros países. Cuando la elección se va cerrando se concentran las preferencias ciudadanas en torno a dos partidos o candidatos principales que son los referentes en la percepción del ciudadano como los únicos con reales posibilidades de ganar”.
Pero en la práctica no se limita como una herramienta que se use únicamente durante las elecciones, sino que es algo que se puede usar constantemente y donde no necesariamente hablamos de algo negativo, ya que también se puede trabajar sobre enfoques positivos que busquen contrarrestar las campañas negativas y la desinformación.
Y acá es donde se aplica el seguimiento y la escucha digital que permite saber dónde se está hablando del tema, la institución o la persona. Con estos sistemas de medición podemos ingresar en los diálogos con mayor impacto para reforzar ideas o contrarrestar visiones. Con un enfoque de campaña lado A y lado B.
Y un ejemplo muy claro de esta operativa es el de la discusión de vacunas versus anti vacunas. Y creo que en este punto nadie se pondría a cuestionar la ética de la práctica, es más este ejemplo lo pondría a la par del hacktivismo ético. Donde no se trata de atacar la opción de no vacunarse si no contrarrestar la desinformación y las noticias falsas. (Tema ético es capitulo aparte, no es mi bandera y no me gustaría en una crisis ser asesorado por alguien acartonado con esa visión)
El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, hizo un buen trabajo con sus voceros iniciales cuando arranco la pandemia, pero fue paupérrima la campaña a favor de la vacunación y dejaron huérfanas las redes con respecto a la vorágine de noticias falsas, enfoques peligrosamente sesgados y activistas antivacunas que logran meter duda, llegando hoy a un número de vacunados inferior al planificado para esta etapa del año. Y el contraste no es una campaña de agencia tradicional, es una campaña de planificación estratégica con varios elementos, herramientas y equipo de desarrollo y ejecución ya que “el cerebro humano ante la saturación y sobre-estimulación de mensajes tiende con naturalidad a pensar en opuestos: sistema y antisistema, nosotros y ellos, el pasado y el futuro, partidos y anti partidos”, y es en este entorno donde se navega.
