Concejales e intendentes tendrán que responder a la demanda real
Dentro de 40 días estaremos sumergidos de lleno en las elecciones municipales. Elegiremos una cantidad enorme -asusta la suma total- de intendentes y concejales, las dos ramas del poder municipal que regirán los destinos de un montón de pueblos y ciudades hasta 2026. Sabemos de memoria que los gobiernos locales que salgan de este dia de comicios no tendrán nada que ver con la demanda real de los ciudadanos ni siquiera con la pobre, limitada y descosida oferta electoral que los candidatos se dignaron a acercar a sus electores.
Tendremos que conformarnos con la tradición: un cambio de guardia significa mandar al freezer a un montón de funcionarios clave del gobierno saliente y la entronización de nuevas camadas de allegados a los flamantes ocupantes de curules en el legislativo y en el sillón de la intendencia. Porque si algo respetan, o aprenden enseguida, los políticos de este país es a “no hacer olas”, es decir, respetando el “establishment”, cargar las planillas con nuevos asalariados. Si después las cuentas cierran o no en el presupuesto es otra cosa.
En El Independiente venimos siguiendo desde el año pasado las andanzas primero de los precandidatos a intendentes y concejales y más tarde a los candidatos. Y lo hacemos para comprobar si, por una vez, hay detrás de la fauna electoral hay alguna coincidencia básica en el diseño concreto y prioritario de emprendimientos tanto desde la intendencia como desde la junta. Duele decirlo pero faltando apenas un mes y diez días corriendo en cuenta regresiva, hemos palpado las mismas ideas dispersas, desconectadas y hasta absurdas que demuestran una ignorancia supina de las verdaderas necesidades del municipio asunceno y de algunos del conurbano.
Unos proponen recuperar espacios verdes sin especificar la utilidad a darle. Otros quieren convertirse en una especie de representantes de la clase trabajadora (sic) “poniendo de moda la política”. En fin, una combinación de ignorancia con diletantismo impregna una enorme cantidad de candidaturas.
Pero no nos sentaremos a esperar que esa condición cambie. Desde este espacio, les iremos poniendo en fila los deberes prioritarios que les caben como ciudadanos electos. Les recordaremos una y otra vez las demandas reales de la ciudadanía, a las que tendrán que responder no importa su compromiso previo, alineamiento ideológico o credo partidario.
Ante todo, servicio al ciudadano.
