La justicia norteamericana castigó a la exdiputada Cinthya Tarragó a menos de tres años por un delito que podría haber alcanzado una pena de veinte años, y una multa de US$120.000 cuando la más alta significaba pagar medio millón de dólares.
En Estados Unidos existe la posibilidad de la llamada delación premiada, donde si usted reconoce el delito por el que le acusan, sencillamente, los fiscales ya no tienen que trabajar, ni probar nada, y en la segunda parte entran los oficiales de justicia que le dicen a la persona que reconoció su delito “esta es una condena grande, pero si hablas si nos cuentas los nombres y las personas que están envueltas en el negocio que se te acusa, tu pena será mucho menor”, y ahí es donde comienza uno a presumir que la exdiputada Cintyha Tarragó cantó todos los géneros musicales que tengan que ver con la criminalidad en nuestro país, y que aquí -como dijeron- el Operativo Ultranza ha sido uno de los ejes de dicha acción tomada desde el territorio norteamericano.
Los de la SENAD afirman que no es así; por supuesto nadie va a reconocernos, ni la propia justicia de Estados Unidos, y menos la condenada a menos de tres años de prisión. Ella tendrá que salir de EE.UU. porque no puede quedarse en esa nación; sale como deportada y la gran pregunta es a dónde vendrá.
Esa es una situación que también se vuelve delicada para la seguridad suya y la de sus seres queridos. Una situación complicada en materia judicial que siempre tiene altos costos
