Con mucho entusiasmo celebramos como la mayoría del pueblo chileno eligió borrar el legado de la dictadura de Augusto Pinochet, los aplaudimos y además debemos tomar el ejemplo, urge sumarnos a esa misma tarea en nuestro país.
Todavía sangran nuestras heridas con las frecuentes reivindicaciones al dictador y a sus cómplices, con cada violación a nuestros derechos fundamentales y con gobiernos colorados sucesivos que aplican las mismas políticas económicas, de acogotamiento al pueblo y privilegio para la oligarquía.
Se acerca el 3 de noviembre, fecha de cumpleaños del dictador, como cada año esperamos que los festejos vayan disminuyendo. Sin embargo, pese a que cada año escuchamos menos bombas mientras reine la impunidad no podremos decir que tenemos una democracia consolidada.
Aquí tenemos una Constitución Nacional post dictadura pero la mayoría de los artículos son letra muerta ante el copamiento de los espacios de poder por la claque privilegiada stronista.
Para superar las prácticas propias de la dictadura no corresponde el olvido como pretenden algunos, al contrario, debemos trabajar mucho la memoria histórica. Entender lo que pasó y que como pueblo obtengamos justicia, ese es el camino que necesitamos emprender.
Nuestra democracia es tan endeble que hoy tenemos como presidente a Mario Abdo Benítez, hijo del ex secretario privado de Alfredo Stroessner y quien con frecuencia lanza elogios para el dictador.
Bienes y tierras malhabidas y negocios amañados con el Estado, son la base de las fortunas de las grandes familias en nuestro país, nada cambió hasta ahora. Podremos hablar de democracia cuando los responsables sean castigados, los bienes y tierras sean devueltos al Estado y por ende al pueblo y la Constitución Nacional sea cumplida, no solo el artículo que habla de la propiedad privada, sino en toda su extensión, como el derecho a la tierra, vivienda, trabajo digno, educación, salud, no discriminación, igualdad ante la ley, etc.
Debemos sacar del manejo cotidiano premisas que se hacen leyes en la práctica como “el rico hace lo que quiere”, “para vivir bien no te metas en política”, “no es la forma de reclamar”, “tenés que agradecer que tenés trabajo”, “los derechos humanos protegen a los delincuentes” y muchas más que dañan nuestra sociedad.
Debemos ser conscientes que con el stronismo no hay democracia, así como Chile elijamos borrar el legado nefasto de la dictadura.