La inflación es un problema de carácter mundial. Los precios de los derivados del petróleo han subido de manera notable, y en todas partes nos quejamos de lo que tenemos que pagar por el combustible fósil.
En Estados Unidos ha alcanzado cifras superiores a US$6 el galón, algo que no tenían memoria en mucho tiempo, dicen algunos que no viven una situación como ésta -de carácter inflacionario- casi a doble dígito desde hace más de cuarenta años.
Los gobernantes creen que estos son factores internacionales derivados de la guerra entre Rusia y Ucrania. Otros afirman que los petroleros deben recuperar las pérdidas que tuvieron en un mundo que se quedó, prácticamente, durante un buen tiempo, en la pandemia.
Algunas de las aplicaciones, y más todavía sorprendentes en un país como Estados Unidos, que es un gran productor de hidrocarburo pero que, sin embargo, requiere una anuencia del gobierno para que puedan perforar más pozos, como presionan los petroleros.
Otros afirman que detrás de esto no existe más que una manipulación económica que ha puesto los precios de la comida y otros derivados por las nubes, y hay quejas contra la administración Biden.