
Mientras el presidente de la República, Santiago Peña, habla de una educación renovada, en lugares como Santa Rosa del Aguaray, San Pedro y Remansito (Villa Hayes), los estudiantes siguen dando clases a la intemperie, bajo temperaturas cercanas a 0°C, usando fogatas para soportar el frío. Las aulas simplemente no existen.
En la Escuela y Colegio República del Paraguay, 180 alumnos asisten a clases en patios, pasillos o carpas improvisadas. El único pabellón fue clausurado por riesgo de derrumbe. El director, Sixto Galeano, recuerda que en junio de 2023 pidió aulas directamente al presidente. Un año después, no hay respuesta.
El Gobierno sí envió pupitres, los polémicos “pupitres chinos” comprados por Itaipú por US$ 32 millones, bajo sospechas de sobrefacturación. La comunidad reclama: “Faltan aulas, pero sobran ganas”.
Tampoco llegaron todos los kits escolares del MEC. La Gobernación y la municipalidad construyen dos aulas, aún sin techo. Y el programa Tape Ñembosarái sigue sin arrancar.
En Remansito, la Escuela Anexo Nueva Asunción enfrenta la misma realidad: niños dando clases al aire libre. El ministro de Educación propuso trasladarlos, pero no hay escuelas cercanas con capacidad.
Con fogatas, redes sociales y pedidos públicos, alumnos y docentes piden respuestas. La maestra Nora Martínez, exalumna del lugar, resume: “Sufrí estudiando así y ahora sufro enseñando. Que el presidente venga y vea la realidad”.
Periodista Senior