El Municipio de Asunción es un desastre, lo venimos sabiendo desde hace mucho tiempo y cuando llueve es aún peor. En ese instante comienzan a recordarse las incompatibilidades entre robar y hacer, que ha sido constante y permanente en los municipios y las administraciones que hemos tenido.
Debemos hacer un cambio en términos de qué es lo que queremos de un Municipio y en quiénes confiamos para llevar la tarea de gestión de administración de una ciudad.
Es muy poco probable que esta que surge fundamentalmente de hechos delictivos o que aún son investigados, pueda hacer algo más que lo que estamos viendo. Simplemente recoger las basuras en los sumideros y hablar de que están conversando con la ESSAP para buscar una salida al problema del desagüe pluvial, pero todo esto no va a cambiar mientras sigamos eligiendo mal y mientras tengamos un municipio que bien pueden operar con 1000 funcionarios y no con 10.000 a los que venimos pagando desde hace un buen tiempo como parte de esa clientela política que va igual a cualquier partido político y sobre la que se sostiene finalmente la lealtad en los comicios.
El gran perjudicado es el contribuyente, el ciudadano.